LA ASAMBLEA DE DIOS CAPÍTULO 23

2.2- QUÉ ES LA ASAMBLEA DE DIOS Esto último es de suma importancia en vista de que puede ser dicho: ¿No está Dios en todos lados? ¿No actúa en varios lugares? Por cierto, él está en todas partes y obra en medio del error y del mal palpables. Pero no le es permitido gobernar en los sistemas humanos, ya que lo supremo en ellos es la autoridad humana, como lo hemos demostrado ya. Además, si el hecho de que las almas se convierten y son bendecidas por Dios en un sistema es una razón para que nosotros estemos allí, entonces deberíamos estar también en la iglesia de Roma, pues ¡cuántos se han convertido y han sido bendecidos en ese terrible sistema! Incluso en el reciente avivamiento hemos oído de personas alcanzadas en capillas católicas romanas. Lo que prueba demasiado no prueba absolutamente nada; por eso ningún argumento puede ser basado en el hecho de la actuación de Dios en un lugar. Él es soberano y puede obrar donde le plazca. Nosotros debemos sujetarnos a su autoridad y trabajar donde se nos ordena hacerlo. Mi Señor puede ir adonde le plazca, pero yo debo ir adonde él lo dispone. Pero alguno puede preguntar: ¿No hay ningún peligro de que hombres incompetentes introduzcan su ministerio en la Asamblea de Dios? En esa eventualidad, ¿dónde está la diferencia entre esa Asamblea y los sistemas humanos? Respondemos: Con toda seguridad que ese peligro existe. Pero entonces ello acontecería a pesar y no en virtud del principio. Esto marca toda la diferencia. Lamentablemente, con frecuencia vemos de pie, en medio de nuestras asambleas, hombres cuyo sentido común —sin hablar de espiritualidad— los debería mantener sentados. Con frecuencia nos hemos detenido a mirar con asombro a algunos hermanos a los que oímos esforzarse por obrar como ministros en la asamblea. Tal vez hemos pensado que la Asamblea ha sido considerada por cierta clase de hombres ignorantes, amigos de oírse hablar a sí mismos, como una esfera en la cual podrían figurar cómodamente sin tener que pasar por las aulas de la Universidad ni esforzarse por obtener un título académico. Continuará...

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