EL HOMBRE DE DIOS Capítulo 3

                                                 


EL HOMBRE  DE DIOS 

“A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” 

(2 Timoteo 3:17) 

                                                   1- EL HOMBRE NATURAL

 El término «hombre natural» es un término de amplísimo contenido. Bajo este título podemos encontrar todos los matices posibles de carácter, temperamento y actitud. Sobre la base de su naturaleza, el hombre se mueve entre dos extremos: se lo puede ver en el nivel más alto posible de culturización, o en el punto más bajo de su degradación. Podemos verlo rodeado de todas las ventajas, los refinamientos y de las llamadas dignidades del mundo civilizado, o encontrarlo hundido en las costumbres más brutales y vergonzosas del mundo salvaje. Podemos verlo en los casi innumerables grados, rangos, clases y castas en que se ha distribuido la familia humana. Y dentro de una misma casta o clase social, podemos encontrar también los más vívidos contrastes en  la forma de ser de su carácter, temperamento y disposición. Encontramos, por ejemplo, un hombre de temperamento tan atroz que realmente causa horror a todo aquel que lo conoce; es la peste de su entorno familiar y una pesada carga para la sociedad. Puede ser comparado a un puerco espín que tiene siempre las púas erizadas, y si uno se encuentra con él una vez, no querrá volverlo a ver nunca más. También podemos encontrar a un hombre con el temperamento más dulce y el carácter más agradable. Es tan atractivo como el otro repulsivo. Es tierno y amoroso, un esposo fiel, un padre bondadoso, afectuoso y atento; un patrón considerado y generoso; un vecino amable y cordial; un amigo desinteresado y querido por todos, y justamente, cuanto más lo conocen, más lo estiman, y el que lo encuentra una vez, le resulta tan agradable que querrá volver a verlo siempre. Continuará...


DUETO MORENO: LO MEJOR DEL DUETO MORENO VOL. 2

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/wl7cc



EL HOMBRE DE DIOS CAPITULO 2

 


EL HOMBRE  DE DIOS 

“A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” 

(2 Timoteo 3:17) 

Vemos aquí al “hombre de Dios” en medio de toda la ruina y confusión, de las herejías y las depravaciones morales de los últimos días, con sus rasgos individuales característicos: “perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Y, podemos preguntar, ¿qué más podría decirse de los días más brillantes de la Iglesia? Si nos volvemos al mismo día de Pentecostés, con todo su despliegue de poder y gloria, ¿encontramos acaso algo mejor, algo más elevado o más sólido que lo que estas palabras describen: “perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”? 

Y ¿no es una señal de gracia para todos los que desean seguir fielmente a Dios, en un día oscuro y malo, saber que, a pesar de todo el mal, el error, la oscuridad y la confusión, poseen aquello que puede hacer a un niño “sabio para la salvación”, y a un hombre, “perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”? Sin duda que lo es; y debemos alabar a nuestro Dios por ello, con corazones plenos y rebosantes. Es una gran bendición, en días como estos, tener acceso a la fuente eterna del inspirado Libro, donde tanto el niño como el hombre pueden encontrarse a beber y saciarse; a esa fuente cristalina cuyo fondo no se puede ver ni alcanzar por su inmensurable profundidad; a ese Libro incomparable e inapreciable, que encuentra al niño en el regazo de su madre y lo hace sabio para la salvación, y al hombre en la etapa más avanzada de su carrera práctica y lo hace perfecto, enteramente preparado para las exigencias de cada día. Antes de concluir este artículo, tendremos ocasión de considerar más particularmente al “hombre de Dios”, así como también la fuerza y el significado especial de este término. Estamos plenamente persuadidos de que esta expresión tiene un alcance y un significado mucho más profundos de lo que comúnmente se entiende por ella. 

La Escritura presenta al hombre bajo tres aspectos: En primer lugar, tenemos al hombre natural, en segundo lugar, al hombre en Cristo, y, en tercer lugar, al hombre de Dios. Podría pensarse, tal vez, que el segundo y el tercero son sinónimos; pero encontraremos una muy sustancial diferencia entre ambos. Es cierto que antes de poder ser un hombre de Dios, primero debo ser un hombre en Cristo; pero estos términos no son de ninguna manera empleados indistintamente. 


DUETO MORENO: LO MEJOR DEL DUETO MORENO VOL. 1

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/j80ma



EL HOMBRE DE DIOS Capítulo 1

                                          


EL HOMBRE  DE DIOS 

                                                      INTRODUCCION

“A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” 

(2 Timoteo 3:17) 

El título que encabeza este artículo es una expresión que aparece en la segunda epístola que el apóstol Pablo escribió a su amado hijo Timoteo, la cual, como sabemos, se caracteriza por una intensa individualidad. Todo estudiante atento de las Escrituras advierte el sorprendente contraste entre las dos epístolas de Pablo a Timoteo. En la primera, la Iglesia es presentada en su orden, y Timoteo es instruido en cuanto a cómo debe comportarse en ella (1 Timoteo 3:15). En la segunda, por el contrario, la Iglesia es presentada en su ruina. La casa de Dios se ha convertido en una “casa grande”, en la cual no sólo hay vasos para honra sino también vasos para deshonra; y donde, además, los errores y los males abundan por todas partes, al igual que los falsos maestros y los falsos profesantes (2 Timoteo 2). 

Y precisamente en esta epístola, con su propio carácter individual, la expresión “el hombre de Dios” se emplea con esa fuerza y significado tan obvios. En tiempos de ruina, de fracaso, de decadencia y de confusión generales, es cuando más hace falta la fidelidad, devoción y determinación del hombre de Dios. Y es una señal de gracia para él, saber que, a pesar del irremediable fracaso de la Iglesia como testimonio responsable de Cristo en esta tierra, en lo individual, tiene el privilegio de seguir una senda tan elevada, gustar de una comunión tan profunda y disfrutar de tan ricas bendiciones como jamás se pudo experimentar ni conocer en los días más brillantes y prósperos de la Iglesia. 

Éste es un hecho sumamente alentador y consolador, establecido por muchas pruebas irrefutables, y que está expuesto en el mismo pasaje de donde tomamos el título de este artículo; un pasaje de singular valor y poder, que citamos a continuación: “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:14-17) Continuará...


DUETO MORENO: MI MILPA

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/p80sw



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 74

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 74

4- NABAL Y ABIGAIL 

Tal es la perspectiva que se presenta a los ojos de todos aquellos que, como Nabal, cargados de “glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida” (Lucas 1:34), rechazaron los llamados del Señor y desconocieron Sus derechos. El mundo se prepara, con una rapidez inconcebible, para la introducción de aquel que, por el poder de Satanás, dominará sobre todas sus instituciones, resumirá en él todos sus principios, y concentrará en su persona todas sus energías. Cuando el último elegido sea recogido del mundo, el último miembro incorporado al cuerpo de Cristo por la energía vivificante del Santo Espíritu, la última piedra puesta en el lugar que le está destinada en el templo de Dios, entonces la sal que, ahora, preserva al mundo de la corrupción, será quitada; la barrera que impide, a causa de la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia, será removida; y entonces será revelado en la escena de este mundo “aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Tesalonicenses 2:8-10). 

 Seguramente, estas cosas deberían detener a los hombres del mundo en su carrera, y llevarlos a considerar seriamente “el fin que les espera”. “La paciencia de nuestro Señor es para salvación” (Deuteronomio 32:29; 2 Pedro 3:15). ¡Qué palabra tan preciosa! Pero no abusemos de ella; no confundamos esta paciencia con indiferencia. El Señor espera en gracia que los pecadores se conviertan, pero no podría tener ninguna connivencia con el pecado. Pero, lamentablemente, es casi inútil hablar del futuro a hombres completamente absorbidos por el presente. ¡Bendito sea Dios, hay algunos que tienen oídos para oír el testimonio del amor y de la gracia de Jesús, así como del juicio que va a ejercer! Tal era Abigail. Había creído la verdad acerca de David y había actuado en consecuencia; así también, todos los que creen la verdad acerca de Jesús, se separarán diligentemente del mundo presente. 


JACI VELÁSQUEZ: MI CORAZÓN

LINK DE DESCARGA:

 https://n9.cl/b28hy



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 73

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 73

4- NABAL Y ABIGAIL 

Observemos aún que el interesante relato contenido en este capítulo, nos presenta un sorprendente cuadro de la Iglesia y del mundo, en su conjunto. La primera está unida al Rey y asociada con Su gloria; el segundo está hundido en una irremediable ruina. “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3:11-14).  

 Tales son los conmovedores y grandes hechos que nos presenta por todas partes el libro de Dios, para desprender nuestros corazones de las cosas presentes, y ligarlos con sincero afecto a las cosas y a las perspectivas que están en relación con la persona del Hijo de Dios. Nada, excepto la profunda y positiva convicción de la realidad de estas cosas, podrá producir este feliz efecto. Conocemos la embriagadora influencia de este mundo, de sus proyectos y de sus operaciones; sabemos cuán fácilmente el corazón humano se deja arrastrar por la rápida corriente de las cosas de aquí abajo: planes de mejora, operaciones comerciales, movimientos políticos, hasta movimientos religiosos; todas estas cosas producen en el alma un efecto similar al que produjo el vino en Nabal, de modo que se vuelve casi inútil anunciar las solemnes verdades presentadas en el pasaje que citamos. 

 Sin embargo, hay que proclamarlas, hay que repetirlas sin cansarse, “y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”; “el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”; “todas estas cosas han de ser deshechas”; “los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (Hebreos 10:25; 2 Pedro 3:1011). Continuará…


JACI VELÁSQUEZ: NAVIDAD

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/65a3c



90 MINUTOS EN EL CIELO, (LIBRO PDF)

LINK DE DESCARGA:

 https://n9.cl/179h1



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 72


 DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 72

4- NABAL Y ABIGAIL 

¡Ojalá que podamos experimentar más la realidad de las cosas de arriba, mientras atravesamos este sombrío “valle de lágrimas”! El corazón y el espíritu desfallecerían si no fuésemos sostenidos por la esperanza de gloria, la que, gracias a Dios, no avergüenza, pues el Espíritu es las arras de ella en nuestros corazones. 

 El curso de nuestro relato nos presenta un ejemplo todavía más sorprendente de la inmensa diferencia que existe entre el hombre natural y el hombre de fe. Abigail vuelve de su entrevista con David y encuentra a Nabal “completamente ebrio, por lo cual ella no le declaró cosa alguna hasta el día siguiente. Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra. Y diez días después, Jehová hirió a Nabal, y murió” (v. 36-38). ¡Qué triste cuadro del estado de un hombre del mundo! Hundido completamente en la embriaguez durante la noche; sobrecogido de terror por la mañana, y traspasado más tarde por la flecha de la muerte. Tal es la suerte de multitudes que el enemigo, en todos los siglos, ha logrado seducir y embriagar con los goces perecederos de un mundo que yace bajo la maldición de Dios y que sólo tiene que esperar la ejecución de su juicio. “Los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan” (1 Tesalonicenses 5:7). Pero la mañana está cerca, cuando los vapores del vino —símbolo de los goces del mundo— se habrán disipado, cuando la febril excitación en la que Satanás ocupa los espíritus de los hombres de este mundo se habrá calmado, entonces vendrá la terrible realidad: una eternidad de indecible miseria en compañía de Satanás y sus ángeles. Nabal ni siquiera se encontró con David cara a cara, pero el solo pensamiento de su espada vengadora llenó su alma de un terror mortal. ¡Cuánto más horroroso será encontrar la mirada de Cristo, en otro tiempo despreciado y rechazado, y ahora sentado en el trono de su gloria! Entonces los Abigail y los Nabal tendrán sus respectivos lugares: los que habrán conocido y amado a Jesús y los que lo habrán desconocido y despreciado. ¡Quiera Dios, en su gracia, concederle, a mi querido lector, estar con los primeros! Continuará…


JACI VELÁSQUEZ: MI HISTORIA MUSICAL

LINK DE DESCARGA:

 https://n9.cl/p8eue



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 71


 DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 71

4- NABAL Y ABIGAIL 

Aquí vemos un poder real sobre las cosas presentes. El reino milenario, con todos sus indecibles regocijos, con todas sus glorias, brillaba en el futuro de su luz y resplandor eternos, y la mirada del “Varón de dolores” se fijaba en él durante esas horas sombrías, cuando las burlas, los escarnios, los oprobios y los desprecios que venían de pecadores culpables, caían sobre su adorable persona. 

Querido lector cristiano, éste es nuestro modelo; así es como debemos enfrentar las pruebas y las dificultades, los oprobios, los reproches y el abandono. Miremos todo a la luz del futuro. “Esta leve tribulación momentánea” —dijo uno que sufrió mucho—, “produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17). Y todavía: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5:10). Y el Señor mismo dice: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?” (Lucas 24:25-26). Sufrir viene primero y la gloria le sigue; y aquel que, por propia iniciativa, quisiera desviar el filo de los oprobios y los sufrimientos actuales, mostraría que el reino venidero no es lo que llena toda su alma, y que el presente actúa más en él que el futuro. 

¡Cuánto deberíamos bendecir a nuestro Dios por haber abierto ante nuestros ojos una perspectiva tan gloriosa en los siglos venideros! ¡Cómo nos permite avanzar con paso boyante por nuestro escabroso sendero a través del desierto, y elevarnos por encima de todo lo que ocupa a los hijos de este mundo! 

"No de un mundo que pasa, 

No de la noche, sino del día, 

Librados por Jesús del mal que nos enlaza, 

Avanzamos en paz hacia la eterna estancia" 

  Continuará…


JACI VELÁSQUEZ: BUENAS NOCHES MI SOL

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/ee647



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 70


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 70

4- NABAL Y ABIGAIL 

Pero se comprenderá fácilmente que el discurso de Abigail dirige principalmente su pensamiento hacia el futuro: “Jehová de cierto hará casa estable a mi señor”; “la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Jehová tu Dios”; “cuando Jehová haga bien a mi señor”; “y te establezca por príncipe sobre Israel”. Todas estas alusiones a la gloria futura de David fueron bien calculadas para hacerle olvidar las injurias y calumnias que acababa de soportar. La casa estable, el haz de la vida y el reino valían infinitamente más que todos los rebaños y las posesiones de Nabal. En vista de estas glorias, bien podía David dejarle a este hombre sus corderos y sus cabras. ¿Qué atractivo podían tener estos bienes para el heredero de un reino, y qué le importaba a aquel que sabía que era el ungido de Jehová, que se lo llamara un siervo fugitivo? 

Abigail sabía todas estas cosas; su fe las había entendido. Conocía a David y sus altos destinos. Por la fe, veía en el desterrado despreciado al futuro rey de Israel. Nabal no conocía a David. Era un hombre del mundo, que vivía completamente inmerso en las cosas presentes. Para él, no había nada más importante que “mi pan”, “mi carne”, “mis esquiladores”; todo se limitaba a esto; todo giraba en torno al «yo»; no había ningún lugar para David y sus derechos. Podía esperarse esto de un hombre como él; pero David no debía descender de su elevada posición, y rebajarse a luchar con un pobre mundano respecto a bienes perecederos. ¡Ah, no!, el reino venidero es lo que debía estar ante sus ojos, llenar sus pensamientos y elevar su espíritu por encima de las bajas influencias de la tierra. 

Consideremos al Maestro mismo, cuando estaba en el tribunal de un pobre gusano —una de las criaturas que sus propias manos formaron—; ¿cuál fue su actitud? ¿Acaso llamó a la pequeña tropa de sus discípulos a ceñir “cada uno su espada”? ¿Acaso dijo a aquel que osó sentarse como su juez: «En vano hice a este hombre todo lo que es, y le di todo lo que tiene?». No; él miraba por encima de Pilato, de Herodes, de los principales sacerdotes y de los escribas, y podía decir: “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?” (Juan 18:11). Esto es lo que guardaba su espíritu tranquilo, al mismo tiempo que miraba hacia adelante, hacia el futuro, y podía decir: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mateo 26:64). Continuará…

 

JACI VELÁZQUEZ: CONFÍO

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/l7jjs



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 69

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 69

4- NABAL Y ABIGAIL 

Abigail, por la gracia de Dios, libró a David de la funesta influencia del presente, dirigiendo su mirada hacia el porvenir. Lo vemos en el admirable discurso que le dirige: “Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva. No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú enviaste. Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor… pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días. Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Jehová tu Dios, y él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda. Y acontecerá que cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca por príncipe sobre Israel, entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo. Guárdese, pues, mi señor, y cuando Jehová haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva” (v. 23-31).  

¡Difícilmente podemos concebir algo más conmovedor que este discurso! Cada punto fue bien ponderado para alcanzar el corazón. Le presenta a David el mal que cometería al tratar de vengarse por sí mismo; le muestra la debilidad y la locura del objeto de su resentimiento; le recuerda que su propia labor era pelear “las batallas de Jehová”. ¡Cómo debió de haber calado en su corazón el humillante contraste entre esta gloriosa tarea y las circunstancias en las cuales Abigail lo encuentra, precipitándose para combatir por su propia causa! Continuará…


JACI VELÁSQUEZ: LLEGAR A TI

LINK DE DESCARGA:

 https://n9.cl/6qsc3



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 68

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 68

4- NABAL Y ABIGAIL 

“Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuere suyo no he de dejar con vida ni un varón” (v. 21-22). ¡Terribles palabras! David había actuado con temeridad al salir del lugar de dependencia, el único lugar bueno y santo. Y no había actuado en vista de “la congregación de Jehová”. No, era para vengarse de un hombre que lo había maltratado. ¡Triste error! Tuvo la dicha de que se encontrara una Abigail en la casa de Nabal, de la que Dios se sirvió para impedirle que respondiese “al necio de acuerdo con su necedad” (Proverbios 26:4), porque era justamente eso lo que el enemigo deseaba. Satanás se había servido del egoísmo de Nabal para tenderle una trampa a David, y Abigail fue el instrumento del Señor para librarlo de ella.  

Es bueno cuando el hombre de Dios puede descubrir la operación de Satanás; para esto, debe estar en la presencia de Dios, pues allí solamente se encuentran la luz y la fuerza espiritual necesarias para enfrentar a tan temible enemigo. Cuando el alma no está en comunión con Dios, se deja distraer por las causas y los agentes secundarios, como ocurrió con David al mirar a Nabal. Si hubiese hecho una pausa para considerar el asunto con calma, delante de Dios, no habría pronunciado estas palabras: “Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto” (v. 21); él mismo habría hecho caso omiso y dejado a “este” hombre librado a su propia suerte. La fe comunica al carácter una verdadera dignidad, y una superioridad que hace pasar por encima de las mezquinas circunstancias de esta escena pasajera. Los que saben que son “extranjeros y peregrinos”, recordarán que tanto los dolores como las alegrías de esta vida son pasajeros, y que no serán desmedidamente afectados por ninguna de ambas cosas. «Pasajero», es lo que está escrito sobre todas las cosas aquí abajo; el hombre de fe debe pues mirar arriba y adelante. Continuará…


JACI VELÁSQUEZ: MILAGRO

 LINK DE DESCARGA: 

https://n9.cl/0w4wq



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 67


 DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 67

4- NABAL Y ABIGAIL 

A medida que avancemos con nuestro tema, tendremos la oportunidad de ver este principio aplicado más ampliamente; consideremos ahora el segundo carácter que nos presenta este instructivo capítulo. Es el de Abigail, la mujer de Nabal, “mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia” (v. 3). Bello testimonio, ciertamente, y que muestra que la gracia puede manifestarse en las circunstancias más desfavorables. La casa del ruin Nabal debía ser una atmósfera desecante para una persona como Abigail, pero ella, como lo veremos, esperaba en Dios, y no fue en vano. La historia de esta mujer notable está llena de estímulo e instrucción para todos aquellos que se encuentran limitados e impedidos por asociaciones y lazos inevitables. A éstos, la vida de Abigail simplemente les dice que sean pacientes, que esperen en Dios; que no supongan que están privados de toda oportunidad de dar testimonio. El Señor puede ser abundantemente glorificado por una apacible sumisión, y dará, seguramente, alivio y victoria al final. Es verdad que varios tienen que reprocharse a sí mismos por haberse comprometido en estas relaciones, por haber formado estos lazos que son una traba para ellos; pero, aun entonces, si realmente sintieron su locura y el mal que cometieron, si lo confesaron y juzgaron delante de Dios, y si su alma estuvo en entera dependencia de él, el fin será bendición y paz.  

Abigail es empleada aquí para detener a David mismo en un camino que no era según Dios. Su vida, hasta el momento en que el sagrado historiador la introduce en la escena, pudo haber estado caracterizada por muchas penas y pruebas; difícilmente podía ser de otro modo, estando asociada a alguien como Nabal. Pero el tiempo se encargará de poner en evidencia la gracia que estaba en ella. Había sufrido en la oscuridad, pero ahora estaba a punto de ser extraordinariamente elevada. Muy pocas miradas se habían fijado en su humilde servicio y en su paciente testimonio, pero muchos contemplaban su gran fortuna. La carga que había llevado en secreto iba a ser quitada ante un gran número de testigos. El valor del servicio de Abigail no consistía tanto en el hecho de haber salvado a Nabal de la espada de David, sino en impedir que David sacase su espada. Continuará…


OSCAR MEDINA: CORAZONES DE PIEDRA (PISTAS)

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/uj58r5



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 66

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 66

4- NABAL Y ABIGAIL 

La gracia divina recibida en el corazón, lo abre de par en par para responder a todos los que están en necesidad. El egoísmo, por el contrario, lo cierra a cada uno de los que acuden en busca de ayuda. Aun cuando no hubiese conocido a David, Nabal habría debido obedecer la Escritura; pero el egoísmo estaba tan fuertemente arraigado en su corazón, que no le permitía obedecer la palabra de Jehová ni amar a Su ungido.  

 Pero el egoísmo de Nabal trae resultados muy importantes. En lo que toca a David, hace resaltar lo que era más susceptible de humillarlo delante de Dios. Aquí lo vemos descender de la elevación que, por la gracia de Dios, habitualmente lo caracterizaba. Sin duda, era extremadamente penoso encontrar semejante ingratitud de parte de aquel a quien había protegido; era algo hiriente ser despreciado a causa de las mismas circunstancias en las que su fidelidad lo había colocado, y ser acusado de haberse salvado de su señor, mientras era perseguido como una perdiz por los montes. Todo esto era difícil de soportar, y, en la primera explosión de sus sentimientos, David deja escapar palabras que no soportan ser examinadas a la luz del santuario: “Cíñase cada uno su espada” no era precisamente el lenguaje que cabía esperar de alguien que hasta entonces había andado con “un espíritu afable y apacible”. El pasaje que citamos de Deuteronomio, nos hace conocer el recurso del pobre: no es desenvainar la espada, sino clamar a Jehová.  

 La espada de David no habría curado el egoísmo de Nabal, y jamás la fe habría adoptado tal proceder. David no actúa así respecto de Saúl. Lo deja totalmente en la manos de Dios; e incluso cuando se vio incitado a cortar la orilla del manto de Saúl, su corazón le remordió (véase 1 Samuel 24:4-5). ¿Por qué no actuó de la misma manera con Nabal? Porque no estaba en comunión con Dios; descuidó su guardia, y el enemigo tomó ventaja. El corazón natural nos conducirá siempre a querer vengarnos; se siente profundamente agraviado ante cualquier ofensa o insulto. Murmurará en lo secreto: «No tenía derecho a tratarme así; verdaderamente no puedo soportarlo, ni pienso que deba hacerlo». Es posible, pero el hombre de fe en seguida se eleva por encima de todas estas cosas; en todo ve a Dios: los celos de Saúl, la insensatez de Nabal, todo es considerado como proveniente de la mano de Dios y tratado en el secreto de Su santa presencia. El instrumento no es nada para la fe; Dios está detrás de todas las cosas: Esto es lo que confiere un poder eficaz para moverse a través de todas las circunstancias posibles, y lo que nos guarda en medio de todas las trampas. Continuará…


OSCAR MEDINA: CORAZONES DE PIEDRA

LINK DE DESCARGA:

 https://n9.cl/ydrw6



OSCAR MEDINA: EL AMOR LLEGÓ (PISTAS)

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/oanhrj



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 65


 DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 65

4- NABAL Y ABIGAIL 

 Todo esto está lleno de instrucción. Hace falta una verdadera energía de fe para ser hecho capaz de discernir la gloria de la persona de Cristo y de aferrarse enteramente a él en el tiempo en que es rechazado. Una cosa es ser cristiano, y muy otra confesar a Cristo delante de los hombres. Nada es sustancialmente más egoísta que tomar todo lo que Jesús nos dio y no darle nada a cambio. «Con tal que sea salvo, todo lo demás no es esencial»: tal es el secreto pensamiento de más de un corazón, y se traduciría de una forma más sincera si se dijese: «Si estoy seguro de mi salvación, poco importa la gloria de Cristo». Nabal actuaba así. Sacó todo el provecho posible de David, pero tan pronto como David reclama de él alguna ayuda o simpatía, muestra su verdadero espíritu. “Pero uno de los criados dio aviso a Abigail mujer de Nabal, diciendo: He aquí David envió mensajeros del desierto que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido. Y aquellos hombres han sido muy buenos con nosotros; y nunca nos trataron mal, ni nos faltó nada en todo el tiempo que anduvimos con ellos, cuando estábamos en el campo. Muro fueron para nosotros de día y de noche, todos los días que hemos estado con ellos apacentando las ovejas” (v. 14-16). Todo esto estaba muy bien. Nabal podía comprender el precio de la protección de David, sin preocuparse por la persona de David. Mientras los hombres de David eran un muro alrededor de sus posesiones, los toleraba, pero en cuanto cree ver en ellos una carga, los rechaza y los injuria. 

 Ahora bien, como era de esperarse, la manera de actuar de Nabal era completamente contraria a la Escritura y al espíritu de su divino Autor. Está escrito en el capítulo 15 de Deuteronomio: “Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite. Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado” (v. 7-9). Tal es el corazón de Dios. ¡Qué diferente era el de Nabal! Continuará…


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 64

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 64

4- NABAL Y ABIGAIL 

Es un grave y serio mal. El apóstol, ya en su tiempo, lo sentía dolorosamente. “Andan muchos” —tales son sus palabras— “de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” (Filipenses 3:18-19). Obsérvese que son enemigos de la cruz de Cristo. No es que hayan rechazado todo lo que se parezca a cristianismo; lejos de ello: “Andan muchos” es una expresión que indica una medida de profesión. Las personas aquí representadas, sin duda se sentirían muy ofendidas si uno les rehusase el nombre de cristianos; pero no se preocupan por tomar la cruz, por ser identificados con un Cristo crucificado. Todo lo que se puede tener del cristianismo aparte del renunciamiento de sí mismo, les es bienvenido, pero ni una jota más. “Cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”. ¡Cuán culpables son de esta última acusación! Es fácil hacer profesión de la religión de Cristo, mientras se ignora a la persona de Cristo y se aborrece Su cruz. Es fácil tomar el nombre de Jesús con los labios y andar en la autocomplacencia con uno mismo y en el amor de este mundo, que tan bien el corazón humano sabe apreciar. Encontramos un ejemplo de estas disposiciones en la persona del grosero Nabal, quien, recluido en medio de sus riquezas y sus lujos, no se preocupaba en absoluto del ungido de Dios ni tenía ningún sentimiento de compasión por él en el tiempo de su doloroso exilio y de su estancia en el desierto. 

 ¿Que respondió Nabal al conmovedor llamado de David?: “Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores. ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?” (v. 10-11). Aquí está el secreto del alejamiento de corazón de este hombre mundano respecto de David: no lo conocía. Si lo hubiera conocido, las cosas habrían sido muy diferentes, pero no sabía ni quién era, ni de dónde era; ignoraba que aquel a quien injuriaba era el ungido de Jehová, y, en su locura egoísta, rechazaba el privilegio de proveer a las necesidades del futuro rey de Israel.  Continuará…


OSCAR MEDINA: EL AMOR LLEGÓ

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/63snm



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 63

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 63

4- NABAL Y ABIGAIL 

 Es interesante observar, a medida que recorremos  las diversas escenas de la vida de David, los  diferentes sentimientos que experimentaron con respecto a su persona los que estaban en relación con él, y la consiguiente posición asumida en cuanto a él. Hacía falta una gran energía de fe para discernir, en el desterrado despreciado, al futuro rey de Israel. A juzgar por los principios humanos, hasta podría parecer que la conducta de David en comparación con la de Saúl era tan injustificable como su vida vagabunda en el país. El capítulo que vamos a considerar presenta dos ejemplos notables de personas afectadas de diferente modo con respecto a David. 

 “Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en Carmel, el cual era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció que estaba esquilando sus ovejas en Carmel. Y aquel varón se llamaba Nabal” (v. 2-3). Este Nabal era un israelita que aparece en marcado contraste con David, quien, aunque ungido rey de Israel, no tenía donde recostar su cabeza, y era un errante que andaba de montaña en montaña y de cueva en cueva. Nabal era muy rico, pero era un hombre egoísta y que no sentía absolutamente ninguna simpatía por David. Si tenía bendiciones terrenales, las tenía para sí mismo; y aunque era “muy rico”, no tenía ninguna idea de compartir sus riquezas con nadie más, y mucho menos con David y sus compañeros. 

 “Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas. Entonces envió David diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre…” (v. 45). David estaba en el desierto; era su lugar; Nabal, por su parte, estaba rodeado de todo el bienestar de la vida. El primero debía todos sus dolores y privaciones a lo que era; el segundo también debía a lo que era, todos sus bienes y deleites. Ahora bien, en general encontramos mucho egoísmo en las posiciones cuyas ventajas provienen de la profesión religiosa. Si la profesión de la verdad no está acompañada de renunciamiento a sí mismo, lo estará de una manifiesta autocomplacencia; por eso es tan común hoy día ver un decidido espíritu de mundanalidad vinculado a una alta profesión de verdad.  Continuará…


OSACAR MEDINA: EL PODER DE LA ORACIÓN (PISTAS)

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/euxmu



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 62

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 62

3 - LA CUEVA DE ADULAM

Los hombres de David, a causa de su asociación con él, fueron llamados a soportar muchos trabajos y fatigas, pero el amor aliviaba todo para ellos y lo hacía más fácil; por eso sus nombres y sus hazañas son fiel y minuciosamente relatados, cuando David estuvo en descanso en su reino. Ninguno de ellos fue olvidado. Encontramos este precioso catálogo en el capítulo 23 del segundo libro de Samuel. Al leerlo, nuestros pensamientos son llevados hacia adelante, hacia el tiempo en que el Señor Jesús recompensará a sus siervos fieles, a aquellos a quienes el amor por su persona y la energía de su Espíritu condujeron a servirle en el tiempo en que fue rechazado. Este servicio puede no haber sido visto, conocido ni apreciado por los hombres; pero Jesús lo conoció en todos sus detalles, y lo reconocerá públicamente desde lo alto de su trono de gloria. ¿Quién hubiese conocido las hazañas de los hombres valientes de David, si el Espíritu Santo no las hubiera reseñado? ¿Quién hubiese sabido de la dedicación de los tres jefes que irrumpieron por el campamento de los filisteos, con el fin de buscar para David el agua del pozo de Belén? ¿Quién se hubiese enterado de la acción de Benaía que mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando? Esto mismo sucede hoy. Más de un corazón desconocido por todos palpita de amor por la persona del Salvador; más de una mano, oculta a los ojos humanos, se extiende para servirlo. Es una cosa dulce pensar, sobre todo en nuestros días de frío formalismo, que haya almas que aman a Jesús con toda sinceridad. ¡Hay varios que, lamentablemente, no sólo son indiferentes a su adorable Persona, sino que llegan hasta el extremo de desprestigiarlo, de despojarlo de su dignidad y de rebajarlo haciéndolo apenas un poco mejor que Elías o uno de los profetas! Pero, gracias a Dios, no tenemos que detenernos en este tema; un tema más excelente nos es propuesto. Pensemos en estos hombres valientes que exponían sus vidas por amor de su jefe, y que, en el instante en que expresara un deseo, estaban dispuestos,  

cueste lo que costare, a satisfacerlo. El amor jamás se detiene a calcular. Era suficiente, para estos hombres ilustres, saber que David deseaba beber agua del pozo de Belén, para proporcionársela a cualquier precio: “Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová” (2 Samuel 23:16) ¡Conmovedora escena! ¡Ejemplo precioso de lo que la Iglesia debiera ser! No amando sus vidas hasta la muerte, por amor a Cristo. ¡Oh, que por el Espíritu Santo se encienda en nosotros la llama de un amor ardiente por la persona de Cristo! ¡Que despliegue siempre más ante nuestras almas las divinas excelencias de Jesús, a fin de que lo apreciemos como el más “señalado entre diez mil”, y “todo él codiciable” (Cantares 5), y que podamos decir como aquel cuyo corazón estaba lleno de él: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:8)! 


OSCAR MEDINA: EL PODER DE LA ORACIÓN

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/ypqds



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 61

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 61

3 - LA CUEVA DE ADULAM

Una cosa era ser israelita, y otra muy distinta estar con David en el lugar fuerte. Ni siquiera Jonatán se encontraba allí; todavía se adhería al antiguo orden de cosas. Aunque amaba a David “como a su misma alma” (1 Samuel 18:3, VM), vivió y murió en compañía de Saúl. Es cierto que a veces se aventuraba a hablar en favor de David, y que procuraba estar con él cuando podía. Se había desnudado de su ropa para vestir a David, pero no había tomado su parte con él. Por eso, cuando el Espíritu Santo anuncia los nombres y las hazañas de los valientes de David, en vano buscamos, entre ellos, el nombre de Jonatán; cuando los devotos compañeros del exilio de David estaban reunidos alrededor de su trono y gozan del radiante esplendor de su realeza, el pobre Jonatán está tendido en el polvo, caído sin gloria en el monte de Gilboa, bajo los golpes de los filisteos incircuncisos. 

¡Ojalá que todos aquellos que profesan amar al Señor Jesucristo, busquen estar identificados con él de una manera más decidida y real durante este tiempo en que es rechazado por el mundo! Sus conciudadanos enviaron tras él una embajada, diciendo: “No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:14). ¿Nos asociaremos con ellos para seguir sus planes que finalmente consiguen rechazar a Cristo? ¡Dios lo impida! ¡Que nuestros corazones estén con él allí donde él está! ¡Que podamos conocer la bendita y santa comunión de la cueva de Adulam, donde encontraremos al Profeta, al Sacerdote y al Rey manifestados en la adorable persona de Aquel que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre!  No podemos marchar al mismo tiempo con Saúl y con David; no podemos tener a Cristo y al mundo: hay que elegir entre los dos. El Señor nos conceda la gracia de rechazar el mal y de elegir el bien, recordándonos las solemnes advertencias del apóstol: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él; si le negáremos, él también nos negará” (2 Timoteo 2:11-12). Es ahora el tiempo de sufrir, el tiempo de soportar las aflicciones y las penalidades: el descanso está en el futuro, en la gloria, tenemos que esperarlo. Continuará...


OSCAR MEDINA: MARINERO (PISTAS)

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/r8dbh



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 60

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 60

3 - LA CUEVA DE ADULAM

El lugar actual de Cristo en el cielo está en relación con el rechazo de Israel y de la tierra, durante el período de la Iglesia, y contribuye para poner de relieve de una manera más clara y completa el carácter celestial de la Asamblea de Dios. Ella se encuentra totalmente aparte de las cosas terrenales; no tiene nada que ver con “el presente siglo malo”, pertenece enteramente al cielo, y es llamada a manifestar en la tierra la energía viva del Espíritu Santo que mora en ella. Así como los hombres de David quedaron apartados de toda relación con el sistema de Saúl, en virtud de su asociación con el rey rechazado, así también todos aquellos que son conducidos por el Espíritu a conocer que son uno con Jesús ausente de la tierra, deben sentirse disociados de las cosas presentes, en virtud de su unión con Cristo. 

Por esta razón, si se pregunta a un hombre celestial por qué no se asocia con los proyectos y las aspiraciones de este mundo, responderá: porque Cristo, mi Salvador, está a la diestra de Dios, y yo estoy identificado con él. El mundo lo desechó, y mi lugar está con él, aparte de todos los objetos y aspiraciones de este mundo. La verdadera piedra de toque para que el cristiano pueda probar los diversos objetos que le son presentados, es simplemente preguntarse: el Señor Jesús ¿podría comprometerse en esto? Si no, no tenemos nada que ver con ello. Todos los que comprenden la verdadera naturaleza del llamamiento celestial, andarán en separación del mundo; pero los que no lo comprendieron, tienen su porción aquí abajo y viven como los demás hombres. ¡Cuántos cristianos hay que se contentan con saber que sus pecados han sido perdonados y no van nunca más allá! Bien puede que hayan pasado el mar Rojo, pero no manifiestan ningún deseo de cruzar también el Jordán y de comer del fruto de la tierra prometida ―de tomar su posición celestial y de alimentarse de las cosas de arriba―. Sucedió lo mismo en el tiempo en que David fue rechazado: multitudes de israelitas no habían tomado partido por él, pero no por eso eran menos israelitas. Continuará...


OSCAR MEDINA: MARINERO

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/7tdza



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 59

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 59

3 - LA CUEVA DE ADULAM

El Dios de toda gracia sobrepujó todo pensamiento humano en sus designios para con la Iglesia. Nos llamó, no sólo a caminar aquí en la plena conciencia de su amor perdonador, sino también en el conocimiento del amor de Cristo por su cuerpo, la Iglesia, y en la sublime y santa dignidad de esta Iglesia, sentada en los lugares celestiales con Cristo. 

Tal vez el lector se pregunte: ¿qué relación hay entre la cueva de Adulam y el lugar de la Iglesia en el cielo? Tan sólo dar a conocer el lugar de rechazo adonde Cristo entró, que es el de todos aquellos que gozan de su comunión. De más está decir que los hombres de David ignoraban completamente el llamamiento celestial, tal como la iglesia lo conoce ahora. En el Antiguo Testamento se entreven a menudo sombras del llamamiento celestial en los caracteres, el andar y las circunstancias de ciertos personajes que se nos presentan, pero que ciertamente no conocían tal llamamiento. El hecho es que, para ser precisos, no se conoció hasta después que el Señor Jesús se sentara en lo alto, y el Espíritu Santo descendiera para bautizar a todos los creyentes, judíos y gentiles, en un solo cuerpo. Entonces el llamamiento celestial se desarrolló con todo poder y plenitud. La administración de esta verdad se confió especialmente a Pablo; fue una parte esencial del misterio ya contenido en estas palabras: “¿Porque me persigues?” (Hechos 9:4). Saulo perseguía a los cristianos, y Jesús se le apareció en la gloria, revelándole que esos santos eran parte de sí mismo, Sus miembros en la tierra. En adelante, éste fue el gran tema de Pablo, el cual incluía la unidad de la Iglesia con Cristo y, por consecuencia, su llamamiento celestial. Observemos que esto no era simplemente la admisión de los gentiles en el redil judío. No. Era sacar a los judíos y a los a gentiles de sus circunstancias naturales, y colocarlos en circunstancias nuevas tanto para unos como para otros. La obra cumplida en la cruz era necesaria para “derribar la pared intermedia de separación”, y para hacer de los dos, judíos y gentiles, “un solo y nuevo hombre”, un nuevo hombre celestial, totalmente separado de la tierra y de sus metas. Continuará...


OSCAR MEDINA: SI TIENES FE (PISTAS)

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/z3v76



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 58

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 58

3 - LA CUEVA DE ADULAM

El corazón que, instruido por el Espíritu Santo, comprende el alcance de estas palabras: “Porque el que santifica, y los que son santificados de uno son todos”, conoce el secreto que lo libera de los principios, costumbres, sentimientos y tendencias del presente siglo. El Señor Jesús tomó su lugar arriba como Cabeza del cuerpo, la Iglesia; y el Espíritu Santo descendió para poner a todos los miembros preconocidos y predestinados del cuerpo, en comunión real con la Cabeza viviente, ahora rechazado de la tierra y escondido en Dios.  Por eso Pablo, en el Evangelio que predica, une estrechamente la remisión de pecados con el llamamiento celestial, porque anuncia la unión del único cuerpo en la tierra con su Cabeza glorificada en el cielo. Él proclama la justificación, no sólo como una cosa abstracta, sino como el resultado de lo que es la Iglesia: una con Jesús, que está ahora a la diestra de Dios, dado por Cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, estando sujetos a él ángeles y principados. Pablo, sin duda, predicó la remisión de pecados, pero lo hizo con toda la plenitud, profundidad, poder y energía que le comunica la doctrina de la Iglesia. 

La epístola a los Efesios no dice solamente que Dios perdona a los pecadores, sino mucho más; despliega ante nuestros ojos la admirable verdad de que los creyentes son miembros del cuerpo de Cristo. Leemos: “Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos”. Y todavía: “Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”; y “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:30; 2:4-6; 5:25-27). Estos pasajes van mucho más allá que el perdón de los pecados. Ser la esposa del Cordero es algo mucho más elevado y glorioso que tener simplemente nuestros pecados perdonados.  No sólo tenemos el gozo  De nuestros pecados cancelados  Más feliz es vernos llamados  A compartir tu trono glorioso. Continuará...


OSCAR MEDINA: SI TIENES FE


LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/997d1




DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 57


 DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 57

3 - LA CUEVA DE ADULAM

Pero hacer de nuestra posición el resultado de nuestra conducta, en vez de hacer de esta última el resultado de nuestra posición, es un grave error. Pregúntese a un creyente, con verdadera inteligencia del llamamiento celestial, la razón por la cual está separado del presente sistema de cosas, ¿cuál será su respuesta? ¿Dirá que es para llegar a ser celestial? No. ¿Será porque el sistema de cosas actual está sujeto a juicio? Tampoco. Está fuera de duda que el mundo está bajo el juicio; pero éste no es el verdadero fundamento de la separación. ¿Cuál es pues? La respuesta la hallamos en estas palabras: “Habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”. “Hermanos santos, participantes del llamamiento celestial” (Colosenses 3:3; Juan 17:16; Hebreos 3:1). Aquí tenemos la verdadera razón de la separación presente del cristiano respecto del mundo. No importa que el mundo sea bueno o malo, el cristiano no es del mundo, aunque esté en él, como en un lugar diario de trabajo, lucha y disciplina. ¡Ojalá que todos los creyentes consideren con seriedad su llamamiento celestial! Es el único medio que proporciona una plena liberación del poder y de la influencia de la mundanalidad. Se puede intentar, por diferentes vías, abstraerse del mundo; pero sólo hay una en que es posible lograr una efectiva separación de él. Se puede también intentar, por distintos conductos, no ser terrenales; pero solamente por uno de ellos podemos ser verdaderamente celestiales. Hay una diferencia entre abstraerse de las cosas, y separarse de ellas; tampoco se debe confundir no ser terrenal con ser celestial. El sistema monástico lo demuestra a las claras. Un monje, en cierto sentido, se abstiene de las cosas terrenales, pero sin ser del cielo; sale de la naturaleza, sin ser espiritual; no participa de las cosas del mundo, sin por eso estar separado de él. El llamamiento celestial nos pone en condiciones de ver nuestra entera separación del mundo y lo elevado de nuestra posición por sobre las cosas de la tierra, en virtud de lo que Cristo es y del lugar que ocupa. Continuará...


REY DE REYES: ALZANDO MANOS EN EL SANTUARIO

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/agid3



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 56

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 56

3 - LA CUEVA DE ADULAM

Es de temer en gran manera que tan pocos creyentes realmente entren en la verdadera naturaleza y las consecuencias prácticas de su posición, como asociados a Jesús crucificado y resucitado. Muy pocos realmente comprenden el alcance profundo y el significado de las palabras de nuestro Señor: “No son del mundo, como  tampoco yo soy del mundo”, y del Espíritu Santo: “El que santifica y los que son santificados, de uno son todos” (Juan 17:16; Hebreos 2:11). La medida de la separación del cristiano respecto del mundo, es nada menos que la de Cristo, es decir, el principio de ésta. En la práctica, lamentablemente, es otra cosa, pero, en principio, no hay diferencia. Es de una enorme importancia poner hoy en día este principio en práctica. El llamado, la posición y las esperanzas de la Iglesia son cosas poco e insuficientemente comprendidas. 

Sin embargo, el más débil creyente en Cristo, está, a los ojos de Dios, tan separado como Jesús mismo de todo lo que pertenece a la tierra. Esta separación no es una cuestión de logros ni algo a lo cual se llega mediante progresos sucesivos, sino una posición real, simple y que subsiste por sí misma. No es un objeto por el cual se lucha, sino un punto de partida para comenzar la carrera. Algunos han sido inducidos a error por la idea de que debemos esforzarnos para llegar a una posición celestial mediante el despojo de las cosas de la tierra. Esto es, de hecho, comenzar por el lado equivocado. En otro orden de verdades, es el mismo error que afirmar que debemos trabajar para nuestra justificación, mortificando los pecados de la carne. Ahora bien, no mortificamos el yo para ser justificados, si no porque ya lo somos; en efecto, hemos muerto y resucitado con Cristo. Del mismo modo, no dejamos de lado las cosas de la tierra, a fin de convertirnos en celestiales, sino porque estamos en esta posición en Cristo. Abram fue llamado a dejar su tierra y su parentela e ir a Canaán; nuestro llamamiento —del cual Canaán era figura— es un llamamiento celestial, independientemente de todas las cosas, y, en la medida que hacemos esto realidad, nos separamos del mundo. Continuará...


REY DE REYES: EXALTEMOS AL REY DE REYES

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/r1y9d



DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 55

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 55

3 - LA CUEVA DE ADULAM

No importaba lo que habían sido: ahora eran los siervos de David, y él su jefe. Eso era lo que los caracterizaba. Unieron su suerte a la del exilado de Dios; sus intereses y los de David eran idénticos. ¡Qué felices estaban de haber escapado del dominio y de la influencia de Saúl! ¡Y cuánto más felices todavía de encontrarse en compañía del profeta, del sacerdote y del rey ungido de Dios! Su amargura, su desamparo, sus deudas, todo quedó olvidado en estas nuevas circunstancias. La gracia de David era su porción presente; su gloria, su perspectiva futura. 

Así precisamente debiera ser con el cristiano, ahora. Todos nosotros, por gracia y bajo las misericordiosas directivas del Padre, hemos encontrado nuestro camino hacia Jesús, el ungido de Dios, rechazado por los hombres y actualmente escondido en Dios. Seguramente todos teníamos nuestros respectivos rasgos de carácter en los días de nuestra culpabilidad y de nuestra insensatez, descontentos, en la amargura de corazón, o bien en desamparo, todos cargábamos con la pesada deuda de nuestros pecados contra Dios, siendo miserables y desdichados, culpables y arruinados, privados de todo lo que podía atraer los pensamientos y los afectos de Cristo, y, sin embargo, Dios nos condujo a los pies de su querido Hijo; allí encontramos el perdón y la paz por su preciosa sangre. Jesús quitó nuestra amargura y nuestro descontento, alivió nuestras penas, borró nuestra deuda, y nos trajo cerca de él. ¿Qué le devolvimos a cambio? ¿Qué le damos a cambio de toda esta gracia? ¿Estamos congregados con el corazón lleno de ardiente afecto, alrededor del Jefe de nuestra salvación? ¿Están nuestros corazones destetados del antiguo estado de cosas, bajo el dominio de Saúl? ¿Vivimos como aquellos que esperamos el momento cuando nuestro David aparecerá en su gloria y se subirá a su trono? ¿Están nuestros afectos fijos en las cosas de arriba? “Si, pues, habéis resucitado con Cristo”, dice el apóstol, “buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-4).  Continuará...


REY DE REYES: SANA NUESTRA NACIÓN

 LINK DE DESCARGA:

https://n9.cl/0kv7l