LA ASAMBLEA DE DIOS CAPÍTULO 27

2.2- QUÉ ES LA ASAMBLEA DE DIOS No hay ni un soplo de vida, ni una hoja que se mueva. Esto le agrada mucho al diablo. Pero venga alguien y despliegue la bandera del Nombre de Jesús —Jesús para el alma y Jesús para la Asamblea— y pronto verá Ud. un poderoso cambio. Se excita la rabia del infierno y se levanta la sombría y terrible marea de la oposición. Creemos plenamente que éste es el verdadero secreto de muchos de los mordaces ataques recientemente dirigidos contra aquellos que ocupan el terreno de la Asamblea de Dios. Sin duda, debemos deplorar los errores, equivocaciones y caídas. Le hemos dado demasiada ocasión al adversario con nuestros desatinos e inconsecuencias. Hemos sido una pobre epístola borrosa, un testimonio débil y languideciente, una luz vacilante. Por todo ello tenemos que estar profundamente humillados delante de nuestro Dios. Nada podría ser más indigno para nosotros que la pretensión de arrogarnos orgullosamente títulos pomposos y derechos eclesiásticos altisonantes. Nuestro lugar está en el polvo. Sí, amados hermanos, el lugar de la confesión y del juicio propio nos conviene en la presencia de Dios. No obstante, no debemos abandonar la gloriosa verdad de la Asamblea de Dios porque hayamos fracasado tan vergonzosamente en llevarla a cabo; no debemos juzgar la verdad por lo que hemos mostrado de ella, sino que debemos juzgar nuestro comportamiento por medio de la verdad. Una cosa es ocupar el terreno según Dios, y otra conducirnos apropiadamente en ese terreno; y mientras que es perfectamente legítimo juzgar nuestras prácticas por nuestros principios, no obstante la verdad es la verdad para todo ello, y podemos estar seguros de que el diablo aborrece la verdad de la Asamblea. Un mero puñado de gente humilde, reunida en el Nombre de Jesús para partir el pan, es una espina en el costado para el diablo. Es cierto que tal asamblea excita la ira de los hombres, por cuanto echa por la borda su oficio y autoridad, lo cual no pueden soportar. Sin embargo, creemos que la raíz de todo el asunto se halla en el odio de Satanás por el testimonio especial que la Asamblea da acerca de la absoluta suficiencia del Nombre de Jesús para responder a todas las necesidades posibles de la Asamblea de Dios. Continuará...

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