ACÉRCATE SEDIENTO Parte 48


 ACÉRCATE SEDIENTO Parte 48

Segunda parte Apóyate en Su Energía

SÉIS: Esperanza para los carnales

El hombre no te da la impresión de ser un fortachón, pero no haces ningún comentario. Solo te vas caminando y te preguntas: ¿Qué clase de personas son estas? A un solo pedalazo de distancia del poder y la productividad, y sin embargo optan por ignorar esa posibilidad. ¿Quién querría vivir de esa manera? Pablo hizo a los miembros de la iglesia en Galacia una pregunta idéntica. «¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?» (Gálatas 3.3). ¿Acaso Dios solo nos ayuda a encender el auto varado? ¿Se limita a resucitar la batería muerta y nada más?

Los cristianos de Corinto también empujaron algunos carros. «Aún sois carnales», fue la acusación del apóstol (1 Corintios 3.3). ¿Qué estás diciendo, Pablo? ¿Acaso no son salvos? Sí lo son, pues el apóstol se dirige a ellos como «hermanos»(1 Corintios 3.1) y les considera hijos de Dios que van al cielo. Salvados, pero no espirituales. Conectados sí pero carentes de energía. «De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo ... aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?» (1 Corintios 3.1-3).

Yo solía pensar que había dos tipos de personas, los salvos y los no salvos. Pablo me corrige al describir un tercer tipo: los salvos pero no espirituales. La persona espiritual es dependiente del Espíritu, dirigida por el Espíritu y dominada por el Espíritu. Es una persona que procura «andar en el Espíritu» (Gálatas 5.16). En cambio, la persona no espiritual enciende el vehículo de la vida cristiana y se va para atrás a empujarlo. Lo trágico es que tales personas actúan como gente del mundo, «como hombres» (1 Corintios 3.3). En su manera de hablar y de vivir, en sus prioridades y en su personalidad, se mezclan y se confunden con los incrédulos. Continuará...


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