ACÉRCATE SEDIENTO Parte 71
Segunda parte: Apóyate en Su Energía
NUEVE: No depende de ti
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos (Romanos 8.26-27). El Espíritu acude a rescatarnos en nuestra debilidad. Vale la pena acentuar esa frase con un resaltador. ¡Todos necesitamos recordar esto! Tenemos cuerpos débiles, voluntades débiles y hasta resoluciones débiles. Todos lo hemos experimentado en carne propia. La palabra debilidad puede referirse a flaquezas físicas, como la del inválido que no había podido caminar durante treinta y ocho años (Juan 5.5), o a impotencia espiritual como la de aquellos que se describen como «débiles» en Romanos 5.6.
Seamos débiles de alma o cuerpo o en todas las áreas, es maravilloso saber que no depende de nosotros porque «el Espíritu mismo intercede por nosotros». Fui testigo de una ilustración contundente de intercesión por los débiles durante una conferencia en la Casa Blanca sobre la crisis del SIDA. Aunque la mayoría de los asistentes representaban a organizaciones de ayuda, pocos ministros cristianos fueron invitados. La agenda del día incluía una sesión de preguntas y respuestas con un representante de la Casa Blanca encargado de la supervisión parcial de varios miles de millones de dólares destinados a la prevención y el tratamiento del SIDA. Se hicieron muchas preguntas. ¿Cómo califica uno para participar? ¿Cuánto dinero podría esperar recibir una organización? ¿Cuáles son los requisitos para el uso de los fondos? Casi todas las preguntas procedieron de las organizaciones seculares y la mayoría de los ministros permanecimos en silencio. Continuará...
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