ACÉRCATE SEDIENTO Parte 76

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 76

Tercera parte: Confía en Su Señorío

DIEZ: En Dios [casi] confiamos

La embarcación tenía capitán y no era alguien contratado ni un extraño, sino un amigo cercano. Nuestra seguridad era prioritaria para él y por eso le tuvimos plena confianza. Mucho quisiéramos que esa decisión fuera tan fácil en la vida. ¿Necesito recordarte las ventiscas que experimentas a diario? A la velocidad del rayo y con el ímpetu del trueno, el turbión enfurece hasta las aguas más tranquilas. Las víctimas de vendavales repentinos llenan las filas de desempleados y las unidades de cuidados intensivos. Tú conoces el poder del viento. Has sentido las olas y el temporal. Adiós, mar tranquilo, ahí viene la tormenta.

Esa es la clase de tifones que ponen a prueba nuestra confianza en el Capitán. ¿Será que Dios sabe qué está haciendo? ¿Podrá sacarnos de esta? ¿Por qué permitió la tormenta? Las condiciones empeoran y sus instrucciones nos desconciertan. Nos llama a soportar los desastres, tolerar las críticas injustas, perdonar al enemigo... ¿Cómo deberíamos responder? ¿Puedes decir acerca de Dios lo que dije de Milton? Sé que Dios conoce lo mejor. Sé que yo lo ignoro. Sé que le importo. Tales palabras salen con facilidad cuando el mar está en calma, pero si lo que tenemos ante nuestros ojos es un automóvil vuelto chatarra o un grano de aspecto sospechoso en la espalda, cuando estallan guerras o nos atracan los ladrones, ¿confías también en Él? Si contestas que sí, vas a sacar un puntaje alto en la clase de soberanía divina. Esta importante palabra bíblica, como su etimología lo indica, tiene que ver con reino. Continuará...


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