ACÉRCATE SEDIENTO Parte 80

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 80

Tercera parte: Confía en Su Señorío

DIEZ: En Dios [casi] confiamos

Por entre la oscuridad de las catacumbas emergió un encargado de equipaje de Continental. Me miró extrañado y dijo: «No tenemos ningún vuelo para las 7:40». Le contesté: «Sí, y no lo puedo perder. Mire, yo vine aquí por Continental y necesito llegar a mi casa en esta misma aerolínea». Se encogió de hombros. «No tenemos más vuelos esta noche».

Acudí a la máquina de emisión automática de pasajes, ingresé mi información y solicité un tiquete de entrada al vuelo de las 7:40. El sistema me informó que no existía tal cosa. ¿Qué iba yo a saber? ¡Hasta la máquina estaba equivocada! Debo acreditarle al empleado que fue paciente conmigo. Se rascó su cabeza medio calva y ofreció una solución. «¿Sabe qué?, la aerolínea Northwest tiene un vuelo a las 7:40. Tal vez debería averiguar con ellos». Eso mismo hice, y debo admitir que la programación de la aerolínea tenía un mando superior al de mi opinión. Su autoridad puso en jaque a la mía. Podría haberme quedado toda la noche frente a la oficina de Continental, zapatear y exigir que me dieran la razón e hicieran las cosas a mi manera, pero ¿de qué habría servido? Tarde o temprano tendría que someterme a la verdad absoluta del itinerario.

Con cierta frecuencia en la vida, nos colocamos frente al escritorio de Dios convencidos de que sabemos cuál es el itinerario: Buena salud, un ascenso en el trabajo, un embarazo deseado. Muchas veces Dios revisa el itinerario que creó y dice que sí, pero algunas veces dice: «No, eso no es parte del viaje que tengo planeado para ti. Te asigné una ruta que pasa por la Ciudad de Pruebas y el Valle de Luchas». Podemos zapatear y sacudir nuestros puños todo lo que queramos o podemos tomar una decisión de marinero en medio de la tormenta. Yo sé que Dios es mi Capitán y Él sabe qué es mejor. Esto resulta imposible de aceptar para algunos, como una dama que pidió hablar conmigo después de una conferencia en la que expuse estas ideas. Con su esposo al lado relató la historia horrible de su niñez. Continuará... 


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