ACÉRCATE SEDIENTO Parte 82

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 82

Tercera parte: Confía en Su Señorío

DIEZ: En Dios [casi] confiamos

¿Oyó Dios la oración de su Hijo? Lo suficiente como para enviar a un ángel. ¿Libró Dios a su Hijo de la muerte? No. La gloria de Dios tenía preponderancia sobre la comodidad de Cristo. Por eso Cristo sufrió y así fue como la gracia de Dios quedó desplegada e implementada de forma definitiva. ¿Es parte de tu llamado pasar una temporada tipo Getsemaní? ¿Te ha sido «concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él» (Filipenses 1.29)? Si es así, acércate sediento y bebe hasta el fondo de su señorío. Él es el autor de todos los itinerarios. Él sabe lo que es mejor para ti. Ninguna lucha se pondrá en tu camino sin contar con su propósito, su presencia y su permiso. ¡Esto nos debería llenar de ánimo! Nunca serás víctima del caos ni presa del destino. La arbitrariedad queda eliminada por completo. Eres más que una veleta meteorológica que gira en la dirección dictada por los vientos de la fortuna.

¿Acaso te abandonaría Dios al capricho de los ladrones desquiciados, los bandoleros ambiciosos de las grandes corporaciones o los líderes perversos? ¡Ni se te ocurra pensarlo! Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador (Isaías 43.2-3). Vivimos bajo la palma protectora de un Rey soberano que supervisa todas las circunstancias de nuestra vida y se deleita en hacernos bien. Nada se pone en tu camino si no ha pasado antes por el filtro de su amor. Margaret Clarkson, en su maravilloso libro titulado La gracia crece mejor en el invierno [Grace Grows Best in Winter], escribió: La soberanía de Dios es la única roca impenetrable de la cual debe asirse el corazón humano que sufre. Las circunstancias que rodean nuestras vidas no son accidentales. Es posible que sean obra de la maldad, pero esa maldad permanece sujeta firmemente bajo la mano poderosa de nuestro Dios soberano... Continuará...


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