ACÉRCATE SEDIENTO Parte 83

 


ACÉRCATE SEDIENTO Parte 83

Tercera parte: Confía en Su Señorío

DIEZ: En Dios [casi] confiamos

Todo el mal le es sujeto y el mal no puede tocar a sus hijos si Él no se lo permite. Dios es el Señor de la historia humana y la historia personal de cada miembro de su familia redimida. Aprende bien el cántico de la soberanía: Yo sé que Dios conoce lo mejor para mí y para todos. Ora con humildad la oración de la confianza: «Confío en tu señorío. Pertenezco a ti. Nada viene a mí sin pasar primero por ti».

Una advertencia: La doctrina de la soberanía es un reto a nuestra inteligencia. Estúdiala gradualmente y trata de no divulgarla de forma caprichosa. Cuando alguien a quien amas enfrente la adversidad, no declares con insensibilidad: «Dios está al control». Un tono caballeresco puede eclipsar la verdad y hasta volverla cruel. Ten cuidado. Además, cobra ánimo. Los caminos de Dios siempre son rectos. Es posible que no los entendamos y nos resulten misteriosos, inexplicables, difíciles y hasta dolorosos, pero nunca dejan de ser rectos. «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8.28). Como John Oxenham escribió en 1913:

LA CALIGRAFÍA DE DIOS

Él escribe con una letra tan grandiosa Que nuestra miopía terrestre no alcanza a leerla. Apenas vemos trazos entrecortados Y tratamos de meditar en todo el misterio De las esperanzas marchitas, de la muerte y de la vida, De las guerras interminables y las luchas infructuosas. Pero allá en el cielo, con una vista más amplia y clara, Veremos sin lugar a duda que su escritura fue enderezada Hasta en los renglones torcidos, y que su camino fue derecho.


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