ACÉRCATE SEDIENTO Parte 102
Cuarta parte: Recibe Su Amor
DIECISÉIS: Enfrenta sin temor la eternidad
Ahora es tiempo de decidir si se publica el libro o se pasa por alto. A estas alturas, el publicador todavía puede rechazar el libro y, en muchos casos lo hacen, pero como es obvio, no sucedió así con este que tienes en tus manos. Con conocimiento perfecto de este producto imperfecto, se embarcaron en el proyecto como un equipo. Esto mismo que lees tal vez te tome por sorpresa, pero no a ellos. Incluso aquello mismo que haces puede escandalizarte, mas no a Dios. Con conocimiento perfecto de tu vida imperfecta, Dios se embarcó en el proyecto de salvarte.
Años atrás conocí a una mujer que experimentó de primera mano esa clase de amor. Una cirugía del cerebro la dejó sin uso de un nervio facial. Como resultado, se enfrenta al mundo con una sonrisa torcida. Después de la operación conoció al amor de su vida. Así es como lo describe: «A él no le parece extraño ni feo nada mío y nunca, jamás, ni siquiera cuando está enojado, se ha burlado de mi apariencia. Nunca me ha visto de otro aspecto, en cambio yo al verme en el espejo observo una deformidad que para mi esposo solo es una parte natural de mi belleza». ¿Ves lo que hace el amor perfecto? Echa fuera el temor a ser juzgados. De hecho, purga el temor al día del juicio. Como Juan escribió: «para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo» (v. 17). Al hablar de este tema, Juan no da excusas ni evasivas. El día del juicio no es una frase en una novela de ficción sino una fecha fija en el calendario celestial. De los veintisiete libros del Nuevo Testamento, solo las epístolas tamaño postal de Filemón y Tercera de Juan omiten referencias a nuestra comparecencia ante el juzgado divino. Aunque los detalles de aquel día no nos han sido revelados y son debatidos por nosotros, «todos compareceremos ante el tribunal de Cristo ... De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí» (Romanos 14.10, 12). Continuará...
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