APLAUSO DE CIELO 36 PARTE

 


APLAUSO DE CIELO 36 PARTE

DICHOSOS… LOS DE CORAZÓN HUMILDE…

7. LA GLORIA DE LO COMÚN

Hay una palabra que describe la noche que Él vino: común. El cielo era común. Una brisa ocasional agitaba las hojas y enfriaba el aire. Las estrellas eran diamantes que relucían sobre terciopelo negro. Escuadras de nubes flotaban frente a la luna. Era una noche bella —una noche que valía la pena contemplar desde la ventana de su dormitorio para poder admirarla— pero no se podía decir que fuese excepcional. No había razón para esperar una sorpresa. Nada que mantenga despierta a alguien. Una noche común con un cielo común. Las ovejas eran corrientes. Algunas gordas. Algunas flacas. Algunas con barrigas en forma de barril. Algunas con patas como palitos. Animales comunes. Su lana no era de oro. No hacían historia. Ningún ganador de premios. Eran simples ovejas, siluetas abultadas y dormidas en la ladera de una colina.

Y los pastores. Campesinos. Probablemente llevaban puesta toda la ropa que tenían. Olían a oveja y lucían igual de lanudos. Eran cuidadosos, dispuestos a pasar la noche con sus rebaños. Pero no encontrará sus cayados en un museo ni sus escritos en una biblioteca. Nadie les pedía su opinión respecto a la justicia social o la aplicación de la Tora. Eran desconocidos y simples. Una noche común con ovejas comunes y pastores comunes. Y si no fuese por Dios, a quien le complace agregar un «detalle adicional» en el frente de lo común, la noche habría pasado inadvertida. Las ovejas habrían sido olvidadas y los pastores habrían dormido toda la noche. Pero Dios danza en medio de lo corriente. Y esa noche bailó un vals. El cielo negro estalló en fulgor. Árboles que daban sombra irrumpieron en claridad. Ovejas que estaban en silencio se convirtieron en un coro de curiosidad. En un instante, el pastor estaba dormido como una piedra, un momento después se restregaba los ojos con la mirada fija en el rostro de un extraterrestre. La noche dejó de ser común. El ángel vino de noche porque es el momento en que mejor se ven las luces y es cuando más se necesitan. Dios se presenta en lo común por la misma razón. Sus herramientas más poderosas son las más sencillas. Continuará...


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