APLAUSO DE CIELO 45 PARTE


 APLAUSO DE CIELO 45 PARTE

…PORQUE HEREDARÁN LA TIERRA

8: EL LADRÓN DEL GOZO

Está en primera posición y le queda una ronda por hacer. Si se desempeña bien, el trofeo será suyo. Está nervioso, ansioso y asustado. Luego, unos pocos minutos antes de que le toque actuar, su entrenador viene corriendo para comunicarle una noticia emocionante: «¡Ya ha ganado! Los jueces han evaluado los puntajes, y la persona que está en segunda posición no tiene posibilidad de alcanzarlo. Usted se ha avanzado mucho». Al escuchar la noticia, ¿qué sentirá? ¡Total alegría! ¿Y cómo patinará? ¿Tímidamente? ¿Cautelosamente? Por supuesto que no. ¿Qué le parece con valentía y confianza? Con seguridad que sí. ¡Patinará como un campeón porque es un campeón! Escuchará el aplauso de victoria. De aquí, las palabras que aparecen en Hebreos: "Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo[…] acerquémonos a Dios con corazón sincero, en plena certidumbre de fe». 

El punto es claro: la verdad triunfará. El Padre de la verdad ganará, y los seguidores de la verdad serán salvos. Como resultado. Jesús dice, no teman: Lo que os digo en la oscuridad, habladlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.  Los temores de esta tierra no son tales. Todo el misterio es revelado. El destino final está garantizado. Responda a la gran pregunta de la eternidad, y los pequeños interrogantes de la vida adoptarán una perspectiva adecuada. De paso, ¿recuerda a Black Bart? Resulta que él tampoco era digno de temor. Cuando las autoridades finalmente lograron dar con él, no encontraron un bandido sanguinario del Valle de la Muerte; hallaron un farmacéutico de modales moderados de Decatur, Illinois. El hombre que aparecía a caballo en los diarios tronando por las montañas, en realidad temía tanto a los caballos que se movilizaba hasta el lugar donde cometía su atraco y volvía del mismo en calesa. Era Charles E. Boles, el bandido que jamás disparó un tiro, porque nunca cargaba su arma.  ¿Hay algún falso enmascarado en su mundo?


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