APLAUSO DE CIELO 55 PARTE

 


APLAUSO DE CIELO 55 PARTE

SERÁN TRATADOS CON COMPASIÓN.

11: EL PADRE FRENTE AL ENEMIGO

Hay un punto peligroso en el que el enojo deja de ser una emoción y se convierte en una fuerza impulsora. Una persona abocada a la venganza se va alejando cada vez más de la posibilidad de perdonar, pues carecer de enojo equivale a carecer de fuente de energía. Eso explica por qué los amargados se quejan a cualquiera que los escuche. Eso ayuda a explicar la existencia del KKK y otras organizaciones de ese tipo. Los miembros de estos grupos alimentan mutuamente su enojo. Y es por eso que los resentidos a menudo parecen irrazonables. Son adictos a su amargura. No quieren rendir su enojo, pues hacerlo equivaldría a rendir su razón de vivir. Quite al racista su fanatismo, y ¿qué le queda? Remueva la venganza del corazón del extremista, y su vida queda vacía. Extraiga el chauvinismo del machista radical, y ¿qué es lo que queda?

El resentimiento se parece a la cocaína en otra forma también. La cocaína puede matar al adicto. Y la ira puede matar al airado. Puede matar físicamente. Se ha establecido una relación entré la ira crónica y el colesterol elevado, la presión alta y otros males mortales. Puede matar emocionalmente, por el hecho de que puede elevar los niveles de ansiedad y llevar a la depresión.  Y también puede resultar espiritualmente fatal. Produce la sequía y muerte del alma. El odio es un perro rabioso que se vuelve contra su propio dueño. La venganza es un fuego abrasador que consume al incendiario. La amargura es un lazo que atrapa al cazador. Y la compasión es la alternativa que puede liberarlos a todos. «Dichosos los misericordiosos», dijo Jesús en la montaña. Los que son compasivos hacia otros son los que son verdaderamente dichosos. ¿Por qué? Jesús respondió a esa pregunta: «Porque ellos alcanzarán misericordia». Los misericordiosos, dice Jesús, son tratados con compasión. Son testigos de gracia. Son dichosos porque atestiguan una bondad mayor. Perdonar a otros nos permite ver cómo Dios nos ha perdonado a nosotros. La dinámica de dar gracia es la clave para comprender la gracia, pues es al perdonar a otros que comenzamos a sentir lo que siente Dios. Continuará...


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