APLAUSO DE CIELO 59 PARTE

 


APLAUSO DE CIELO 59 PARTE

DICHOSOS… LOS DE CORAZÓN LIMPIO…

12: EL ESTADO DEL CORAZÓN

Aún puedo recordar la primera vez que vi uno. Había ido a trabajar con mi papá… una gran emoción para un niño de diez años cuyo padre trabajaba en los campos petroleros. Me senté en la cabina de la camioneta tan erguido como me era posible, esforzándome por ver la interminable planicie del oeste de Texas. Las tierras eran planas y predecibles, nada de lo que ofrecían superaba la altura de los bombeadores y de los molinos de viento. Quizás por eso el aspecto de la cosa era tan colosal. Sobresalía en el horizonte como una ciudad de ciencia ficción. «¿Qué es eso?» «Es una refinería», respondió papá. «Una jungla de caños, tanques, tubos y generadores… calentadores, bombas, caños, filtros, válvulas, mangueras, conductos, interruptores, circuitos. Parecía un equipo gigante de juguete. La función de ese laberinto de maquinaria se define por su nombre: Refina. Gasolina, aceite, sustancias químicas… la refinería toma lo que venga y lo purifica para que esté listo para salir. La refinería hace para el petróleo y otros productos lo que su corazón debería hacer para usted. Saca lo malo y utiliza lo bueno.

Tendemos a ver el corazón como el centro de la emoción. Hablamos de «corazonadas», «corazones heridos», «corazones rotos». Pero cuando Jesús dijo: «Dichosos los de corazón limpio», se refería a un contexto diferente. Para los que oían a Jesús, el corazón era la totalidad de la persona interior: la torre de control, la cabina de comando. El corazón era considerado el centro del carácter: el origen de los deseos, los afectos, las percepciones, los pensamientos, el razonamiento, la imaginación, la conciencia, las intenciones el propósito, la voluntad y la fe. Por tal razón es que un proverbio exhortaba: «Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida».  Para la mente hebrea, el corazón es como un cruce importante de autopistas donde convergen todas las emociones, los prejuicios y la sabiduría. Es una oficina de cambios que recibe vagones cargados de estados de ánimo, ideas, emociones y convicciones y los ubica en el carril correspondiente. Continuará...


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