APLAUSO DE CIELO 71 PARTE

 


APLAUSO DE CIELO 71 PARTE

DICHOSOS… LOS PACIFICADORES…

14: SEMILLAS DE PAZ

Un empleado recibe un elogio. Una esposa recibe un ramo de flores. Un pastel es horneado y llevado a la casa contigua. Una viuda es abrazada. Un empleado de estación de servido recibe honra. Un predicador es elogiado. Sembrar semillas de paz se parece a sembrar habas. Usted no sabe por qué da resultado; sólo sabe que lo hace. Las semillas son plantadas, y la tierra de heridas es corrida. No olvide el principio. Nunca subestime el poder de una semilla. Dios no lo hizo. Cuando su reino fue devastado y su pueblo había olvidado su nombre, plantó su semilla. Cuando la tierra del corazón humano se había vuelto una costra, plantó su semilla. Cuando la religión se había convertido en rito y el templo era un mercado, plantó su semilla.

¿Quiere ver un milagro? Obsérvelo al colocar la semilla de su propio ser en el vientre fértil de una muchacha judía. Hacia arriba creció, «como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca». La semilla se pasó la vida corriendo a las piedras que intentaban mantenerla bajo tierra. La semilla desarrolló un ministerio basado en sacar de su paso las piedras que estaban desparramadas por el suelo de su Padre. Las piedras de legalismo que pesaban sobre las espaldas. Las piedras de opresión que rompían huesos. Las piedras de prejuicio que excluían a los necesitados. Pero fue la piedra final la que resultó ser la prueba suprema de la semilla. La piedra de la muerte… colocada por los humanos y sellada por Satanás frente a la tumba. Por un momento parecía que la semilla se quedaría atrapada en la tierra. Por un momento, esta roca parecía ser demasiado grande para ser desplazada. Pero entonces, en algún lugar del corazón de la tierra, la semilla de Dios se movió, empujó y brotó. La tierra tembló, y la roca de la tumba rodó. La flor de la Pascua floreció. Nunca subestime el poder de una semilla. Isaías 53.2 , Versión popular.


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