APLAUSO DE CIELO 86 PARTE


 APLAUSO DE CIELO 86 PARTE

…PORQUE EL REINO DÉ LOS CIELOS ES DE ELLOS.

17: EL REINO POR EL QUE VALE LA PENA MORIR

En un sistema que determina el valor de un ser humano según las cifras de su salario o la forma de sus piernas, permítame que le diga algo: ¡El plan de Jesús es motivo de gozo! Jesús le dijo a Juan que se avecinaba un nuevo reino… un reino donde el valor de las personas no se debe a lo que hacen, sino a quién pertenecen. La segunda característica del reino es tan potente como la primera: «Los muertos resucitan». La tumba no tiene poder. El año 1899 marcó la muerte de dos hombres muy conocidos: Dwight L. Moody, el aclamado evangelista, y Robert Ingersoll, el famoso abogado, orador y dirigente político. Los dos hombres tenían similitudes. Ambos habían sido criados en hogares cristianos.

Ambos eran oradores habilidosos. Ambos viajaban extensamente y eran ampliamente respetados. Ambos atraían a inmensas multitudes cuando hablaban y captaban a leales seguidores. Pero había una notable diferencia entre ambos: su visión de Dios. Ingersoll era un agnóstico y seguidor del naturalismo; no creía en lo eterno, sino que enfatizaba la importancia de vivir sólo el aquí y el ahora. Restaba importancia a la Biblia, declarando que «el pensamiento libre nos dará la verdad. Para él la Biblia era «una fábula, una obscenidad, un embuste, un engaño y una mentira».  Era un ardiente vocero contra la fe cristiana. Declaraba que un credo cristiano «[era] el pasado ignorante que trataba con prepotencia al presente iluminado».  Las convicciones de Dwight L. Moody, contemporáneo de Ingersoll, eran diferentes. Dedicó su vida a presentar un rey resucitado a un pueblo moribundo. Abrazaba la Biblia como la esperanza para la humanidad y la cruz como eje de la historia. Nos dejó un legado de palabras escritas y habladas, instituciones de educación, iglesias y vidas cambiadas. Dos hombres. Ambos oradores poderosos y dirigentes de influencia. Uno rechazó a Dios; el otro lo abrazó. El impacto de sus decisiones se ve con mayor claridad en su forma de morir. Lea cómo un biógrafo hace un paralelo entre ambas muertes. Continuará...


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