APLAUSO DE CIELO 94 PARTE


 APLAUSO DE CIELO 94 PARTE

ALÉGRENSE Y ESTÉN CONTENTOS, PORQUE ES GRANDE

SU RECOMPENSA…

18: APLAUSO DEL CIELO

Cuando usted lee que nuestro hogar celestial es semejante a una novia, dígame: ¿Acaso no le dan ganas de ir a casa? El mundo que encontré al despertar esta mañana no podría ser descrito como una novia hermosamente vestida para su prometido, ¿y el suyo? Una parte del mundo que encontré al despertar estaba sufriendo. Un adolescente se quitó la vida en la oscuridad previa al amanecer. Sin nota. Sin explicación. Sólo quedan una madre y un padre perplejos que serán acosados para siempre por preguntas para las que no tienen respuestas. Una parte del mundo que encontré al despertar estaba desilusionada. Otro dirigente nacional había sido acusado de deshonestidad. Él pestañeaba tratando de contener las lágrimas y tragaba su enojo en el noticiero de la red de comunicaciones. Una generación atrás, le hubiésemos otorgado el beneficio de la duda. Ya no.

Una parte del mundo que encontré al despertar esta mañana estaba devastado. Una niña de tres años había sido degollada por su propio padre. Un estudiante de medicina había sido descuartizado y sacrificado por adoradores de Satanás. Uno que había sido esposo durante treinta años se había ido con otro hombre. (No, con una mujer no, con un hombre.) Cuando uno mira este mundo, manchado de sangre inocente y sucio de egoísmo, ¿acaso no le dan ganas de ir a casa? Yo también. El viejo santo nos dice que cuando lleguemos a casa. Dios mismo nos enjugará las lágrimas. Cuando era joven, tenía bastantes personas para enjugarme las lágrimas. Tenía dos hermanas mayores que se ocupaban de mí. Tenía aproximadamente una docena de tías y tíos. Tenía una madre que trabajaba por las noches como enfermera y de día como madre,  ejerciendo ambas profesiones con ternura. Incluso tenía un hermano tres años mayor que yo que ocasionalmente se compadecía de mí. Continuará...


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