JOB Y SUS AMIGOS Parte siete


 JOB Y SUS AMIGOS 

1- PROSPERIDAD Y ORGULLO DE JOB

Parte siete

Esto es muy doloroso, pero absolutamente necesario. En efecto, el yo, tarde o temprano, tiene que ser conocido y juzgado. Si uno no aprende a conocerlo en la comunión con Dios, terminará haciéndolo a través de la experiencia amarga de alguna caída; “a fin de que nadie se jacte en su presencia” (1.ª Corintios 1:29). Y todos nosotros debemos aprender a conocer nuestra absoluta impotencia para todo, a fin de poder gustar la dulzura y el consuelo de esta verdad: que Cristo “nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1.ª Corintios 1:30). Dios quiere vasos vacíos. No lo olvidemos. Es una verdad solemne y necesaria. “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” También leemos: “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Isaías 57:15; 66:1-2). 

¡Qué propicias son estas palabras para todos nosotros! Un espíritu contrito y quebrantado constituye una de las necesidades más urgentes de nuestro tiempo. La mayor parte de nuestras calamidades y dificultades pueden atribuirse a esta necesidad. Los progresos que hacemos día a día, en la vida familiar, en la asamblea, en el mundo, en toda nuestra vida práctica, cuando el yo es subyugado y mortificado, son verdaderamente admirables. Miles de cosas que sin este ejercicio serían como una llama que hace arder nuestros corazones, son estimadas como nada cuando nuestras almas se hallan en un estado verdaderamente contrito. Continuará... 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario