JOB Y SUS AMIGOS parte 19

 


JOB Y SUS AMIGOS parte 19

2:DISCURSOS DE LOS AMIGOS DE JOB

Cuanto más detenidamente estudiamos las extensas discusiones que se sucedieron entre Job y sus amigos, más claramente advertimos la imposibilidad de que ellos alguna vez llegaran a entenderse. Job estaba empeñado en justificarse a sí mismo; mientras que sus amigos trataban por todos los medios de inculparlo. Él permanecía inquebrantable, indoblegable; y el trato equivocado de sus amigos sólo logró endurecer aún más su postura. Si tanto él como ellos hubieran adoptado otra actitud, las cosas habrían resultado totalmente diferentes. Si Job se hubiera condenado a sí mismo, si hubiera asumido una posición humilde, si hubiera considerado que no era nada ni nadie, no habría dado lugar a que sus amigos le dijeran nada. Y si, por otro lado, ellos se hubieran dirigido a él con suavidad, con ternura y con dulzura, habrían tenido mayor probabilidad de ablandar su corazón. Como estaban dadas las cosas, no se vislumbraba ninguna salida. Job no podía ver nada malo en sí mismo; sus amigos no podían ver nada bueno en él. Él estaba firmemente decidido a mantener su integridad; ellos, en cambio, a escarbar hasta encontrar defectos y manchas. No había ningún acercamiento entre ellos, ninguna base común sobre la cual entenderse. Job no mostraba indicios de arrepentimiento; ellos no tenían ninguna compasión de él. Viajaban en dirección opuesta y, por ende, jamás podían encontrarse. Concretamente, hacía falta un ministerio de una naturaleza completamente diferente; y este ministerio es introducido en la persona de Eliú. 

El acertado ministerio de Eliú “Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos. Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios. Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job” (32:1-3). Eliú, con una lucidez y un vigor extraordinarios, va al nudo del problema en cada una de las partes. Resume, en dos breves sentencias, las extensas discusiones que abarcaron 29 capítulos. Job se justificaba a sí mismo en vez de justificar a Dios; sus amigos, por otro lado, lo habían condenado en vez de guiarlo al enjuiciamiento de sí mismo. Continuará...


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