JOB Y SUS AMIGOS parte 24


 JOB Y SUS AMIGOS parte 24

2:DISCURSOS DE LOS AMIGOS DE JOB

He aquí la única autoridad segura; la única norma infalible. “No son los sabios los de mucha edad, ni los ancianos entienden el derecho. Por tanto, yo dije: Escuchadme; declararé yo también mi sabiduría. He aquí yo he esperado a vuestras razones, he escuchado vuestros argumentos, en tanto que buscabais palabras. Os he prestado atención, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones. Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría; lo vence Dios, no el hombre. Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones. Se espantaron, no respondieron más; se les fueron los razonamientos” (v. 9-15). 

La experiencia, la tradición y el legalismo son barridos fuera de la plataforma para dejar lugar al “soplo del Omnipotente”; al ministerio poderoso y directo del Espíritu de Dios. El ministerio de Eliú golpea el alma con una fuerza y una profundidad extraordinarias. Se halla en vívido contraste con el incompleto y tremendamente defectuoso ministerio de los tres amigos. Era el remedio para poner fin a una controversia que parecía interminable; una controversia entre un férreo egotismo de parte de Job, y una fluctuante experiencia, una voluble tradición y un presuntuoso legalismo de parte de sus amigos; una controversia que no servía de nada, al menos para Job, y que terminaría dejando a las partes mucho más enfrentadas de lo que lo estaban al principio. No obstante, dicha controversia no deja de tener su valor e interés para nosotros. La clara enseñanza que nos deja es ésta: dos partes en disputa jamás podrán llegar a entenderse a menos que haya, de una u otra parte, cierto grado de quebrantamiento y avasallamiento del corazón. Continuará...


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