JOB Y SUS AMIGOS parte 25


 JOB Y SUS AMIGOS parte 25

2:DISCURSOS DE LOS AMIGOS DE JOB

Ésta es una valiosa lección a la que todos debemos prestar atención. No sólo en el mundo, sino también en la Iglesia hay una gran cuota de obstinación y de arrogancia; una gran cantidad de actividades centradas en el hombre; una fuerte dosis de «yo, yo, yo» para todo; y eso, además, prevalece donde menos lo esperaríamos, a saber, en las cosas que se relacionan con el santo servicio para Cristo. ¡Cuán repugnante! Podemos afirmar con total seguridad que nunca el egotismo es más detestable que cuando se manifiesta en el servicio de ese Bendito que se despojó a sí mismo, de quien toda la vida fue un completo renunciamiento propio, y quien nunca buscó su propia gloria ni sus propios intereses como tampoco agradarse a sí mismo. ¡Ay!, a pesar de todo esto, ¿no hay, querido lector, un largo y tendido despliegue de este yo aborrecible y no  

subyugado en el terreno de la profesión cristiana y del ministerio cristiano? ¿Quién podría negarlo? A medida que nuestros ojos escudriñan el relato de la notable discusión entre Job y sus amigos, descubrimos con sorpresa que sólo en lo que va de los capítulos 29 a 31, Job se menciona a sí mismo alrededor de cien veces. En resumidas cuentas, todo es «yo», «mi», «me», etc. a lo largo de todos esos capítulos. Mas dirijamos nuestras miradas a nosotros mismos. Juzguemos nuestro propio corazón en sus actividades más íntimas y profundas. Revisemos nuestros caminos a la luz de la presencia divina. Pongamos todas nuestras obras y servicios sobre la santa balanza del santuario de Dios. Entonces descubriremos cuánto hay de ese detestable yo, el cual se extiende como un tejido negruzco y contaminante por entre todo el ropaje de nuestra vida cristiana y de nuestro servicio cristiano. ¿A qué se debe, por ejemplo, que siempre que nos tocan el yo, aunque sea en lo mínimo, tengamos tanta predisposición a asumir una actitud arrogante? ¿Por qué nos ofendemos con tanta facilidad y nos irritamos tanto ante las reprimendas, por más delicado y dulce que sea el tono de éstas? Continuará...


No hay comentarios.:

Publicar un comentario