JOB Y SUS AMIGOS parte 40

 


JOB Y SUS AMIGOS parte 40

2:DISCURSOS DE LOS AMIGOS DE JOB

Ahora bien, cuando nuestro corazón se inclina ante el peso de esta gran verdad moral, nos hallamos entonces en la actitud adecuada para discernir el objeto de los designios de Dios respecto a nosotros. Él seguramente habrá de tener la primacía. “¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho, entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo, para quitar al hombre de su obra, y apartar del varón la soberbia. Detendrá su alma del sepulcro, y su vida de que perezca a espada” (v. 13-18). El verdadero secreto de todos los falsos razonamientos de Job estriba en el hecho de que él no comprendió el carácter de Dios ni el objeto de todos Sus caminos. No vio que Dios lo estaba probando, que Él estaba detrás de las escenas y que se servía de diversos agentes para el cumplimiento de Sus sabios y graciables propósitos. Aun Satanás mismo es un mero instrumento en las manos de Dios; él no podía traspasar siquiera el ancho de un cabello el límite divinamente prescripto. Es más, una vez que llevó a cabo la tarea que se le había asignado, fue despedido, y no oímos hablar más de él en el resto del libro. Dios llevaba adelante sus designios con Job. Lo probaba para instruirlo, para apartarlo de sus ideas y para quebrantar el orgullo de su corazón. Si Job hubiese discernido este importante punto, habría evitado un mundo de altercados y contiendas. En vez de enfadarse con los hombres y con las cosas —con los individuos y con las influencias—, se habría juzgado a sí mismo e inclinado delante del Señor en humildad y en una verdadera contrición y quebrantamiento de corazón. 

Esto es de inmensa importancia para todos nosotros. Somos muy propensos a olvidar el prominente hecho de que “Jehová prueba al justo”. “No apartará de los justos sus ojos” (Job 36:7). Estamos de continuo en Sus manos y bajo Su mirada. Somos los objetos de Su amor profundo, tierno e invariable; pero somos también los objetos de Su sabio gobierno moral. Sus designios para con nosotros son diversos. Algunas veces son preventivos; otras, correctivos; pero siempre son instructivos. A veces nos empeñamos en seguir nuestros propios caminos, el fin de los cuales sería nuestra ruina moral. Entonces, Dios irrumpe en nuestra marcha y nos disuade de nuestras intenciones. Continuará...


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