JOB Y SUS AMIGOS
1- PROSPERIDAD Y ORGULLO DE JOB
Parte diez
¡Qué escena tenemos aquí de la malicia de Satanás! ¡Qué extraordinario testimonio de la manera en que él vigila y considera los caminos y las obras del pueblo de Dios! ¡Cuán perfectamente conoce el carácter humano! ¡Qué íntimo conocimiento posee de la mente y del estado moral del hombre! ¡Qué cosa terrible es caer en sus manos! Él está siempre al acecho, siempre listo —si Dios se lo permite— a emplear todo su maligno poder contra los cristianos. ¡Qué solemne es pensar en todo esto! ¡Debería inducirnos a seguir una senda humilde y vigilante en medio de la escena donde Satanás ejerce su dominio! Él se halla absolutamente impotente frente a un alma que permanece en la dependencia y obediencia; y —bendito sea Dios— Satanás no puede, en ningún caso, traspasar el límite trazado por prescripción divina. Así sucedió con Job: “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene; solamente no pongas tu mano sobre él” (v. 12).
Aquí, pues, se le permite a Satanás extender su mano sobre las posesiones de Job, arrebatarle sus hijos y despojarle de todas sus riquezas. Y ciertamente no perdió un instante para llevar a cabo su obra. Con notable rapidez cumplió su misión. Un golpe tras otro caía sucesivamente sobre la cabeza del devoto patriarca. A duras penas uno de sus mensajeros pudo transmitirle su triste noticia; en seguida aparece otro con una noticia aún más terrible, hasta que por fin el afligido siervo de Dios “se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (1:20-22). Todo esto es profundamente conmovedor. Ser privado en un santiamén de sus diez hijos y luego rebajado de las riquezas principescas a la penuria absoluta, era, humanamente hablando, motivo suficiente para tambalear. ¡Qué notable contraste entre las primeras y las últimas líneas del primer capítulo! Al principio, vemos a Job rodeado de una numerosa familia, y gozando de sus muchas posesiones; mientras que, a lo último, lo vemos abandonado, sumido en la pobreza y desnudez. Continuará...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario