JOB Y SUS AMIGOS Parte trece

 


JOB Y SUS AMIGOS 

1- PROSPERIDAD Y ORGULLO DE JOB

Parte trece

Hasta ahora vemos que Job “retiene su integridad”. Enfrenta con calma las terribles aflicciones que Satanás le ocasionó con el permiso de Dios; y, además, rechaza el insensato consejo de su mujer. En una palabra, acepta todo como proveniente de la mano de Dios, e inclina su cabeza ante Sus misteriosas dispensaciones.  Todo esto sin duda era bueno. Sin embargo, la llegada de los tres amigos de Job produce un cambio notable. Su sola presencia, el mero hecho de ser testigos oculares de su miseria, influyó en él de una manera sorprendente. “Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande” (2:11-13). 

Bien podemos creer que estos tres hombres estaban motivados, ante todo, por buenos sentimientos hacia Job; y no les significó un gran sacrificio de su parte tener que dejar sus hogares para venir a condolerse de su acongojado y afligido amigo. Todo esto lo podemos comprender sin mayor dificultad. Pero es evidente que su presencia tuvo el efecto de despertar en el corazón de Job sentimientos y pensamientos que hasta entonces habían permanecido dormidos. Él había soportado con resignación la pérdida de sus hijos, de sus bienes y de su salud. Satanás había sido repelido, y el consejo de su mujer, rechazado. Pero la presencia de sus amigos abatió por completo el espíritu de Job. “Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día” (3:1). Continuará...


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