DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 34

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 34

2- EL VALLE DE ELA

 El conflicto en el valle de Ela está caracterizado de una manera muy especial por la propuesta que hace Goliat de dirimir la cuestión en un combate singular. Era el verdadero medio de conocer el valor de un individuo. No se trataba, como en los casos ordinarios, de combatir ejército contra ejército, sino de saber qué hombre de todo el ejército de Israel querría aventurarse contra el terrible enemigo incircunciso. De hecho, era evidente que Dios quería hacer sentir una vez más a Israel que, como pueblo, estaba absolutamente sin fuerza, y que, al igual que en los días pasados, su único recurso para ser librado era el brazo de Jehová, dispuesto todavía a mostrarse y a actuar como “varón de guerra”, siempre que la fe se dirigiera a él como tal. 

Durante cuarenta días, el filisteo se acercó y se presentó a los ojos del desdichado Saúl y de su ejército sobrecogido de terror. Y obsérvese qué amargo insulto les lanza a los israelitas: “¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl?” (1 Samuel 17:8). ¡Lamentablemente, esto era demasiado cierto! Habían descendido de su alta posición como siervos de Jehová, para convertirse en meros siervos de Saúl. Samuel les había advertido acerca de eso. Les había dicho que el rey y amo a quien escogían haría de ellos sus guardias, amasadores, cocineros y perfumistas (1 Samuel 8); y esto en lugar del servicio de “Jehová, el Dios de Israel”, al cual habrían podido considerar como su único Amo y Rey. Pero nada instruye mejor al hombre, que las dolorosas lecciones de la experiencia; y los sangrientos ultrajes de Goliat debían, sin duda, enseñar de nuevo a Israel cuál era su verdadera condición bajo el aplastante yugo de los filisteos. “Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí”, dice el gigante (17:8).Continuará...


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