DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 35

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 35

2- EL VALLE DE ELA

 ¡Qué poco sabía acerca de quién iba a ser su antagonista! En la fuerza brutal y totalmente carnal de la que se vanagloriaba, se imaginaba que ningún israelita se atrevería a medirse con él.  Y aquí, podríamos preguntarnos: ¿dónde aparece Jonatán en esta escena? El que vimos actuar con una fe tan simple y con tanta energía, en el capítulo 14, ¿por qué no está dispuesto ahora para salir a luchar contra el gigante? Si observamos de cerca sus acciones, en el capítulo que acabamos de citar, podemos ver, me parece, que su fe no tenía ese carácter completamente simple e independiente de las circunstancias, que hace pasar a uno a través de todo tipo de dificultades. El defecto en su fe se muestra en estas palabras: “Si nos dijeren así” (14:9). La fe jamás dice “si”; ella tiene que ver sólo con Dios. Cuando Jonatán dijo: “No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos” (14:6), enunció un bello principio que debía haber seguido hasta el final, sin mezclarlo con un “si”. Si la fe de Jonatán hubiera reposado más simplemente en el poder de Dios, no habría buscado una señal. Es verdad que, en su bondad, Jehová le da una, tal como en otro tiempo lo había hecho con Gedeón, porque Dios siempre suple las necesidades de sus siervos. Pero Jonatán no aparece en el valle de Ela; parece haber cumplido su obra y actuado  

según su medida. En la escena que tenemos ahora ante nosotros, hacía falta algo más profundo que todo lo que Jonatán había conocido. Jehová preparaba en secreto un instrumento para esta obra nueva y más difícil. ¿No es así como actúa siempre nuestro Dios? Forma en el secreto a aquellos a quienes va a utilizar en público. En la íntima solemnidad de su santuario, se da a conocer a sus siervos, y hace pasar ante ellos Su grandeza, a fin de hacerlos capaces de contemplar, con una mirada fija y segura, las dificultades del camino. Así ocurrió con David. Había estado a solas con Dios, mientras pastoreaba el rebaño en el desierto; su alma estaba llena del pensamiento del poder de Dios, y ahora hace su aparición en el valle de Ela, con toda la sencillez y la dignidad del propio renunciamiento que caracteriza a un hombre de fe. Los cuarenta días durante los cuales Goliat había desafiado a Israel, habían demostrado la incapacidad total del hombre. Continuará...


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