DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 73

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 73

4- NABAL Y ABIGAIL 

Observemos aún que el interesante relato contenido en este capítulo, nos presenta un sorprendente cuadro de la Iglesia y del mundo, en su conjunto. La primera está unida al Rey y asociada con Su gloria; el segundo está hundido en una irremediable ruina. “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3:11-14).  

 Tales son los conmovedores y grandes hechos que nos presenta por todas partes el libro de Dios, para desprender nuestros corazones de las cosas presentes, y ligarlos con sincero afecto a las cosas y a las perspectivas que están en relación con la persona del Hijo de Dios. Nada, excepto la profunda y positiva convicción de la realidad de estas cosas, podrá producir este feliz efecto. Conocemos la embriagadora influencia de este mundo, de sus proyectos y de sus operaciones; sabemos cuán fácilmente el corazón humano se deja arrastrar por la rápida corriente de las cosas de aquí abajo: planes de mejora, operaciones comerciales, movimientos políticos, hasta movimientos religiosos; todas estas cosas producen en el alma un efecto similar al que produjo el vino en Nabal, de modo que se vuelve casi inútil anunciar las solemnes verdades presentadas en el pasaje que citamos. 

 Sin embargo, hay que proclamarlas, hay que repetirlas sin cansarse, “y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”; “el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”; “todas estas cosas han de ser deshechas”; “los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (Hebreos 10:25; 2 Pedro 3:1011). Continuará…


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