DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 74

 


DAVID: LA VIDA DE LA FE parte 74

4- NABAL Y ABIGAIL 

Tal es la perspectiva que se presenta a los ojos de todos aquellos que, como Nabal, cargados de “glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida” (Lucas 1:34), rechazaron los llamados del Señor y desconocieron Sus derechos. El mundo se prepara, con una rapidez inconcebible, para la introducción de aquel que, por el poder de Satanás, dominará sobre todas sus instituciones, resumirá en él todos sus principios, y concentrará en su persona todas sus energías. Cuando el último elegido sea recogido del mundo, el último miembro incorporado al cuerpo de Cristo por la energía vivificante del Santo Espíritu, la última piedra puesta en el lugar que le está destinada en el templo de Dios, entonces la sal que, ahora, preserva al mundo de la corrupción, será quitada; la barrera que impide, a causa de la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia, será removida; y entonces será revelado en la escena de este mundo “aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Tesalonicenses 2:8-10). 

 Seguramente, estas cosas deberían detener a los hombres del mundo en su carrera, y llevarlos a considerar seriamente “el fin que les espera”. “La paciencia de nuestro Señor es para salvación” (Deuteronomio 32:29; 2 Pedro 3:15). ¡Qué palabra tan preciosa! Pero no abusemos de ella; no confundamos esta paciencia con indiferencia. El Señor espera en gracia que los pecadores se conviertan, pero no podría tener ninguna connivencia con el pecado. Pero, lamentablemente, es casi inútil hablar del futuro a hombres completamente absorbidos por el presente. ¡Bendito sea Dios, hay algunos que tienen oídos para oír el testimonio del amor y de la gracia de Jesús, así como del juicio que va a ejercer! Tal era Abigail. Había creído la verdad acerca de David y había actuado en consecuencia; así también, todos los que creen la verdad acerca de Jesús, se separarán diligentemente del mundo presente. 


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