CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 14

3- ¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN? Puede ser que haya mucho del elemento meramente humano en nuestra labor. No dejamos actuar al Espíritu Santo. Carecemos de una fe profunda en el poder y la eficacia de la propia sencilla Palabra de Dios. Puede haber mucho esfuerzo para influir en los sentimientos, demasiado de lo emocional y de lo sensacional. Quizás, también, en nuestro deseo de alcanzar resultados - un deseo que puede ser suficientemente correcto en sí mismo - estamos demasiado dispuestos a dar crédito y a anunciar, como casos de conversión, muchos que, ¡es lamentable! son meramente efímeros. Todo esto exige nuestra seria consideración. Es de la más indispensable importancia que permitamos al Espíritu de Dios obrar y exhibir - como muy ciertamente Él lo hará - el fruto de Su obra. Todo lo que Él hace es hecho bien, y hablará por sí mismo a su debido tiempo. No hay necesidad que nosotros divulguemos por doquier nuestros casos de conversión. Todo lo que es divinamente real resplandecerá para alabanza de Aquel a quien toda alabanza es debida; y entonces el obrero tendrá su profundo y santo gozo. Verá los resultados de Su obra, y pensará en ellos con pleitesía y adoración a los pies de su Maestro - el único lugar seguro y verdaderamente feliz donde pensar en ellos. ¿Disminuirá esto nuestra diligencia? Muy por el contrario; ello intensificará inmensamente nuestra diligencia. Seremos más diligentes rogando a Dios, en secreto, y rogando a nuestros semejantes en público. Sentiremos más profundamente la divina seriedad de la obra, y nuestra total insuficiencia. Abrigaremos siempre la sana convicción que la obra debe ser de Dios de principio a fin. Continuará...

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