CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capitulo 17

3- ¿QUÉ ES LA CONVERSIÓN? ¿Intentamos nosotros enseñar que la obra de conversión depende del obrero? ¡Que esté lejos la monstruosa noción! La obra depende total y absolutamente del poder del Espíritu Santo, tal como el mismo capítulo que ahora está abierto ante nosotros demuestra más allá de toda consideración (1 Tesalonicenses 1). Siempre debe permanecer cierto, en cada esfera y cada etapa de la obra, que no es "con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. " (Zacarías 4:6). Pero, ¿qué clase de vasos (utensilios) utiliza comúnmente el Espíritu? ¿No es esta una pregunta de peso para nosotros los obreros? ¿Qué clase de vasos (utensilios) son útiles para el Señor? Vasos vacíos - vasos limpios. ¿Somos nosotros vasos semejantes? ¿Nos hemos vaciado de nosotros mismos? ¿Nos hemos curado de nuestra deplorable costumbre de ocuparnos de nosotros mismos? ¿Estamos nosotros limpios? ¿Tenemos manos limpias? ¿Son nuestras asociaciones, nuestros caminos, nuestras circunstancias, limpias? Si la respuesta es no, ¿cómo puede el Maestro usarnos en Su servicio santo? ¡Que podamos tener toda la gracia para sopesar estos interrogantes en la presencia divina! ¡Pueda el Señor despertarnos a todos, y hacernos más y más, vasos tales que Él pueda utilizar para Su gloria! Proseguiremos, ahora, con nuestra cita de la Palabra. Todo el pasaje está lleno de poder. El carácter del obrero, por un lado, y la obra, por el otro lado, requiere nuestra más seria atención. "Por vuestra parte, os hicisteis imitadores nuestros y del Señor, abrazando la Palabra con gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones. De esta manera os habéis convertido en modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Partiendo de vosotros, en efecto, ha resonado la Palabra del Señor y vuestra fe en Dios se ha difundido no sólo en Macedonia y en Acaya, sino por todas partes, de manera que nada nos queda por decir. Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros." (1 Tesalonicenses 1: 6-9, BJ). Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario