CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 21

4 - LA VERDADERA NATURALEZA DE LA CONVERSIÓN Él se regocijó que ellos no estuviesen unidos a él, sino al propio Dios vivo, por medio de Su Palabra. Este es un vínculo imperecedero. Es tan permanente como la Palabra que lo forma. La palabra del hombre es tan perecedera como él mismo; mas la Palabra del Señor permanece para siempre. El apóstol, como un obrero verdadero, comprendió y sintió todo esto, y de ahí su santo celo, en todo su ministerio, para que las almas a las que él les predicaba no se apoyasen en él, de ninguna manera, en lugar de apoyarse en Aquel de quien él era mensajero y ministro. Oigan lo que él dice a los Corintios: "Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios." 1 Corintios 2: 1-5. Aquí tenemos verdadero ministerio - "el testimonio de Dios," y la "demostración del Espíritu" - la Palabra y el Espíritu Santo. Toda mera influencia humana, poder humano, y los resultados producidos por la sabiduría o la energía humanas, son perfectamente inservibles. - sí, positivamente dañinos. El obrero se envanece cuando se hace ostentación y se habla de los aparentes resultados de su obra, y las pobres almas sobre las que actúa esta falsa influencia son engañadas, y conducidas a una posición y profesión absolutamente falsas. En una palabra, la cosa completa es algo desastroso en extremo. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario