CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 27

5 - "OS CONVERTISTEIS… A DIOS" 1 Tesalonicenses 1:9 proporciona, en una palabra, la respuesta a todos estos interrogantes - una respuesta plena, clara, distintiva, y comprensiva. Aquí está - "os convertisteis . . . A DIOS." ¡Preciosa respuesta! Sí, indeciblemente preciosa para todos los que conocen algo su significado. ¿Qué he conseguido en lugar de mis "ídolos" anteriores"? ¡A Dios! ¿En lugar de los vanos y pecaminosos placeres de este mundo? ¡A Dios! ¿En lugar de sus riquezas, honores, y distinciones? ¡A Dios! ¡Oh, bendito, glorioso, perfecto Substituto! ¿Qué tuvo el hijo prodigo en lugar de los trapos de la provincia apartada? ¡El mejor vestido en la casa de su padre! ¿En lugar de las algarrobas de los cerdos? ¡El becerro gordo de la provisión de víveres del padre! ¿En lugar de la degradante servidumbre de la provincia apartada? ¡La bienvenida del padre, su seno, y su mesa! (Lucas 15: 11-32) Lector, ¿no es éste un bendito intercambio? ¿No tenemos nosotros, en la historia familiar, pero siempre encantadora, del hijo pródigo, una ilustración muy conmovedora e impresionante de la verdadera conversión en ambos de sus aspectos? ¿No podemos bien exclamar, mientras contemplamos fijamente el retrato inimitable, «¡Qué conversión!»? ¡Qué volverse de y convertirse a! ¿Quién puede pronunciarlo? ¿Qué lengua humana puede exponer adecuadamente los sentimientos del retornado vagabundo, cuando fue estrechado al seno del Padre, y bañado en la luz y el amor de la casa del Padre? Los trapos, las algarrobas, los cerdos, la esclavitud, el frío egoísmo, la destitución, el hambre, la miseria, la degradación moral - todas estas cosas ya no están, y nunca más estarán; y, en lugar de eso, el inefable deleite de aquel resplandeciente y feliz hogar; y, sobre todo, el exquisito sentimiento de que todo ese alegre gozo que lo rodeó fue despertado por el hecho mismo de su regreso - ¡de que ello alegró al padre por tenerle de regreso! Continuará...

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