CONVERIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 52

8- ESPERANDO LA VENIDA DEL SEÑOR Pero es completamente otra cosa tener todo el ser moral, la carrera práctica entera, gobernados por la brillante y bienaventurada esperanza de ver a Aquel que nos ha amado, y nos ha lavado de nuestros pecados en Su sangre muy preciosa. ¡Ojalá hubiera más de esto entre nosotros! Se ha de temer que muchos de nosotros hemos perdido la frescura y el poder de nuestra esperanza verdadera y apropiada. La verdad de la venida del Señor ha llegado a ser tan familiar como una mera doctrina, que podemos hablar petulantemente de ella, y discutir varios puntos en conexión con ella, y discutir con las personas acerca de ella, y, durante todo ese tiempo, nuestros caminos, nuestra conducta, nuestro espíritu y nuestro genio, desmienten lo que hemos profesado sostener. Pero nosotros no seguiremos con este triste y humillante aspecto del tema. Que el Señor pueda considerarnos, y misericordiosamente sane, restaure, y levante nuestras almas. Que Él pueda reavivar en los corazones de todo Su pueblo amado la esperanza cristiana apropiada - la esperanza de ver la estrella resplandeciente de la mañana. Que la expresión del corazón completo y la expresión de la vida completa, sea. "¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20 - VM). Debemos terminar aquí este escrito, y con él la serie completa de escritos sobre el gran tema que, durante los pocos meses pasados, han ocupado nuestra atención. Hemos abrigado la esperanza de pasar de una parte a otra de las dos epístolas a los Tesalonicenses, acompañados con nuestros lectores, para demostrar e ilustrar la declaración de que la esperanza del regreso del Señor estaba ligada al corazón del apóstol, con todas las escenas, circunstancias, y asociaciones de la vida cristiana. Pero debemos dejar que el lector haga esto por sí mismo. Nosotros confiamos que se ha dicho lo suficiente para demostrar que la conversión verdadera, conforme a la enseñanza apostólica, no puede dejar de lado la esperanza bienaventurada de la venida del Señor. Una persona verdaderamente convertida es una que se ha vuelto (convertido) de los ídolos - ha roto con el mundo - ha roto con su antiguo yo - se ha vuelto (convertido) a Dios, para hallar en Él, todo lo que posiblemente puede desear para ahora y por los siglos, para servirle a Él, y a Él solamente - y, finalmente, para "esperar de los cielos a su Hijo." (1 Tesalonicenses 1:10). Tal es la respuesta que nosotros concebimos como verdadera y apropiada para responder a la pregunta, '¿Qué es Conversión?' Lector, ¿eres tú convertido? Si no lo eres, ¿qué entonces? Si lo eres, ¿tu vida lo manifiesta?

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