CONVERSIÓN ¿QUÉ ? Capítulo 39

7 - SOMOS LLAMADOS “A SERVIR” Somos llamados ahora a considerar un punto profundamente práctico en nuestro asunto. Está contenido en la cláusula, "para servir al Dios vivo y verdadero." (1 Tesalonicenses 1:9). Esto está lleno de interés para toda alma verdaderamente convertida - para todo Cristiano verdadero. Somos llamados 'a servir.' Toda nuestra vida, desde el momento de nuestra conversión hasta el final de nuestra carrera terrenal, debería caracterizarse por un espíritu de servicio verdadero, ferviente, inteligente. Este es nuestro alto privilegio, por no decir nuestro santo deber. No importa cuál pueda ser nuestra esfera de acción, lo que pueda ser nuestra línea de vida, o la que sea nuestra profesión; cuando nos convertimos, solamente tenemos una cosa que hacer, a saber, servir a Dios. Si hay algo en nuestra ocupación que es contrario a la voluntad revelada de Dios - contrario a la enseñanza directa de Su Palabra - entonces nosotros debemos abandonarla de inmediato, cueste lo que cueste. El primer gran paso de un siervo obediente es salirse de una posición falsa. Supongan, por ejemplo, que el propietario de una taberna se convierte a Dios. ¿Qué ha de hacer él? ¿Puede continuar con un negocio semejante? ¿Puede permanecer en una ocupación tal con Dios? ¿Puede él continuar en la venta de aquello que acarrea ruina, miseria, degradación, muerte, y perdición a miles y cientos de miles? ¿Puede él servir quizás al Dios vivo y verdadero en la barra de una taberna? Nosotros no lo podemos creer. Se nos puede considerar duros, severos, e intolerantes, por escribir de este modo. Nosotros no podemos evitarlo. Debemos escribir lo que creemos que es la verdad. Estamos persuadidos que el primer acto mismo de un propietario de una taberna debería ser cerrar su tienda, y dar la espalda, con una firme decisión, a una profesión semejante, impía, horrible. Hablar de servir a Dios en una ocupación semejante es, en nuestro juicio, un miserable engaño. Sin duda, lo mismo se puede decir de muchas otras profesiones u ocupaciones, y el lector puede sentirse dispuesto a preguntar, ¿Qué ha de hacer un Cristiano? ¿cómo puede él seguir adelante? Continuará...

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