CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 35
6 -¡0H, QUE LOS HOMBRES PIENSEN EN ESTO A TIEMPO!
Tal es el áspero comentario sobre todos los recursos de la tierra, dado por la pluma de uno que tuvo todo lo que la tierra podía dar - de uno a quien se le permitió apurar hasta las mismas heces toda copa del placer humano y terrenal. ¿Y qué fue todo ello? "Vanidad y correr tras el viento" (N. de. T.: otra trad.: "vanidad y aflicción de espíritu."). "Todas las cosas son fatigosas, el hombre no puede expresarlas. No se sacia el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír." (Eclesiastés 1:8 - LBLA). El pobre corazón humano nunca se puede satisfacer con los recursos de la tierra. Los arroyos de la criatura nunca pueden apagar la sed del alma inmortal. Las cosas materiales no nos pueden hacer felices de ninguna manera, aun si fueran permanentes. "Todo es vanidad, y correr tras el viento."
La verdad de esto debe ser probada por todo corazón humano. Más tarde o más temprano todos tienen que averiguarlo. Los hombres pueden hacer ahora oídos sordos a ello; pueden rehusar oír la voz de advertencia del Espíritu; pueden imaginar vanamente que este pobre mundo puede concederles comodidad y felicidad considerables; se pueden asir ávidamente a sus riquezas, sus honores, sus distinciones, sus placeres, sus comodidades materiales; pero ellos se darán cuenta de su error. Y, ¡oh, qué terrible es darse cuenta demasiado tarde! ¡Cuán terrible abrir los propios ojos en el infierno, como el hombre rico en la parábola! ¿Qué idioma humano puede exponer los horrores de un alma excluida para siempre de la presencia de Dios, y consignada a las tinieblas de afuera, al lugar del lloro, y del crujir de dientes? Es absolutamente abrumador pensar en ello. ¿Cómo será el darse cuenta de ello? ¿Cómo será hallarse uno mismo en las atormentadoras llamas del infierno, al otro lado de esa sima intransitable, donde ni siquiera un solo rayo de esperanza puede penetrar la profunda y horrible oscuridad eterna?
¡0h, que los hombres piensen en todo esto a tiempo! Que puedan huir de la ira venidera, y que puedan echar mano de la esperanza bienaventurada puesta ante ellos en el evangelio; que ellos puedan 'volverse a Dios.' Pero, ¡es lamentable! el dios de este mundo ciega sus entendimientos, "para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios." (2 Corintios 4:4). Continuará...
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