CONVERSIÓN ¿QUÉ ES? Capítulo 41

7 - SOMOS LLAMADOS “A SERVIR” Pero nunca debemos, ni por un momento, perder de vista el gran hecho de que nos hemos convertido para el servicio de Dios. El resultado de la vida que poseemos siempre debe tomar la forma de servicio al Dios vivo y verdadero, En nuestros días de inconversos nosotros adorábamos ídolos, y servíamos a diversas pasiones y placeres; ahora, al contrario, adoramos a Dios en el Espíritu, y somos llamados a servirle con todos nuestros poderes redimidos. Nos hemos vuelto (convertido) a Dios para hallar en Él nuestros perfectos reposo y satisfacción. No hay una sola cosa en todo el rango de las necesidades de la criatura, ahora y por los siglos, que nosotros no podamos hallar en nuestro muy clemente Dios y Padre. Él ha atesorado en Cristo, el Hijo de Su amor, todo lo que puede satisfacer los deseos de la nueva vida en nosotros. Es nuestro privilegio tener a Cristo morando en nuestros corazones por medio de la fe, y estar así tan arraigados y cimentados en amor, como para poder comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3: 18, 19). Llenos, satisfechos, y fortalecidos así, somos llamados a dedicarnos, espíritu, alma, y cuerpo, al servicio de Cristo; estar firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor (1 Corintios 15:58 - RVA). No deberíamos tener nada más que hacer en este mundo. Cualquier cosa que no se pueda hacer como servicio a Cristo, no debería ser hecha en absoluto. Esto simplifica el asunto asombrosamente. Es nuestro dulce privilegio hacer todo en el Nombre del Señor Jesús, y para la gloria de Dios. Algunas veces nosotros oímos a las personas hablar de un 'llamado secular', contrastándolo con el que es 'sagrado.' Nosotros cuestionamos la corrección de semejante distinción. Continuará...

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