EL MINISTERIO DE CRISTO Capítulo 13

2- EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL PRESENTE Esto es inefablemente precioso y edificante para nuestras almas. Cristo pudo inclinarse para lavar los pies de sus discípulos, teniendo el sentido de Su gloria personal y estando perfectamente consciente de que venía de Dios y a Dios iba. No había nada ni podía haber nada más elevado que el lugar de donde Jesús descendió. No había ni podía haber nada más bajo que los pies sucios de sus discípulos. Mas —bendito y alabado sea su Nombre por siempre— en su divina Persona y en su admirable servicio, él cumple todos los oficios que se hallan entre estos dos extremos: pone una mano sobre el trono de Dios, y la otra bajo nuestros pies, pudiendo ser así el divino y eterno vínculo entre Dios y nosotros. Ahora bien, hay tres cosas en este pasaje que deseo poner claramente ante vosotros: 1. La acción especial del Señor respecto a los suyos que están en el mundo 2. La fuente de esa acción, y 3. La medida de esta acción La Acción Especial Del Señor Por Los Suyos Que Están En El Mundo Consideremos primero la acción misma. Quisiera recordaros, amados, que lo que os presento aquí, no es “el lavamiento de la regeneración”. Esta obra pertenecía a la primera fase del servicio de Cristo hacia nosotros. Se trata ahora de “los suyos que están en el mundo”, de todos los que pertenecen a esa clase altamente privilegiada, es decir, aquellos que creen en su Nombre y que, en virtud de haber pasado por ese gran lavamiento, él puede declararlos “todo limpios”. Continuará...

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