EL MINISTERIO DE CRISTO Capítulo 20

2- EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL PRESENTE He aquí el bendito fundamento y la fuente motora de ese maravilloso ministerio que Cristo está ahora llevando a cabo por nosotros y para nosotros. Él sabía lo que le esperaba cuando expresaba esas palabras del Salmo 40: “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad.” Sabía el costo que le significaba tomar nuestro caso. Pero su divino amor es capaz de enfrentarlo todo. No debemos temer agotar ese amor que ha triunfado sobre los indescriptibles horrores del Calvario y que ha descendido hasta las sombrías regiones de la muerte y del juicio. A veces podemos sentirnos avergonzados de tener que traer tan a menudo nuestros pies sucios a Cristo para que los limpie; Pero su amor, lo repito, es capaz de enfrentarlo todo, y ese amor es la fuente de su precioso e indispensable ministerio. Se oye decir a veces que «el amor es ciego»; a mi juicio, ello es una calumnia contra el verdadero amor. De hecho que no puede ni podría aplicarse al amor de Cristo. Él sabía todo lo que estaba oculto en lo más hondo de nuestro corazón; y sabe ahora de todos nuestros caminos, nuestras debilidades y nuestras necedades; pero, a pesar de todo, él nos ama, y, en el poder de este amor, actúa para librarnos de todo lo que ve en nosotros y cerca de nosotros que pudiera estorbar nuestra santa comunión con el Padre y consigo mismo. Hermanos, os pregunto: ¿qué valor tendría para nosotros un «amor ciego»? Ninguno, seguramente. ¿Podríamos reposar confiados en un amor que sólo actuó ciegamente hacia nosotros, ignorando nuestras manchas y defectos? ¡Imposible! Lo que necesitamos es un amor superior a todas nuestras imperfecciones y que sea capaz de librarnos de ellas; y este amor lo hallamos en Cristo, y —bendito sea su Nombre— ¡en Cristo solamente! Es un amor que si bien pone de manifiesto nuestras faltas ante nosotros, nunca lo hace ante los demás. Es un amor que viene a nosotros con el lebrillo y la toalla, y se inclina en infinita ternura y en una gracia humilde e incomparable para borrar toda mancha, y para dejarnos en el precioso sentimiento de que somos “todo limpios”. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario