EL MINISTERIO DE CRISTO Capítulo 25

3- EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL FUTURO Tras haber echado un ligero vistazo —aunque ¡ay!, muy imperfectamente— al ministerio de Cristo en el pasado y en el presente, diremos también, para terminar, unas palabras sobre su ministerio futuro. Puede que algunos se sientan dispuestos a decir: «No entiendo cómo el Señor nos servirá en el futuro. Entiendo que él nos sirve ahora en el trono; pero el hecho de que nos vaya a servir en el reino, lo confieso, es cosa que no entiendo.» Éste es un hecho maravilloso; y si no tuviéramos las propias palabras del Señor respecto a ello, bien titubearíamos al declarar que Cristo servirá a los suyos en la gloria. Pero leamos lo que él mismo nos dice en el capítulo 12 de Lucas: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles” (v. 35-37). ¡Qué claro el sentido de lo que dice el Señor! Palabras maravillosas, por cierto; pero, además de maravillosas, muy claras. Cristo nos servirá en el reino. Él nos servirá siempre. Su ministerio se extiende a todas las fases de nuestra vida. Nos toma en lo más profundo de nuestras necesidades como pecadores, y nos lleva hasta la gloria más elevada. Se remonta al pasado, recorre el presente y se extiende hasta el porvenir infinito. Su corazón de amor se deleita en servirnos, y nos da la seguridad de que, tan pronto como entre en la gloria de su propio reino, por decirlo así, se complacerá en hacernos sentar en medio del resplandor mismo de esa gloria, y nos servirá con el mismo amor que caracterizó su servicio desde el comienzo de nuestra historia. ¡Que todos rindan alabanzas y eterno homenaje a su Nombre sin par! Continuará...

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