LA ASAMBLEA DE DIOS CAPÍTULO 18

Usted puede establecer lo que quiera. Puede asociarse a lo que quiera. Puede ser lo que quiera; ser algo y todo para Satanás, menos la Asamblea de Dios, pues eso es lo que él aborrece entrañablemente y lo que procurará oscurecer y arruinar por todos los medios a su alcance. Pero esos acentos reconfortantes de Cristo el Señor suenan con divina fuerza a oídos de la fe: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” 2.2- EL CENTRO ALREDEDOR DEL CUAL SE REÚNE LA ASAMBLEA Esto nos conduce naturalmente a nuestro segundo punto, a saber, cuál es el centro alrededor del que se reúne la Asamblea de Dios. El centro es Cristo, la Piedra viviente, tal como lo leemos en la epístola de Pedro: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1.ª Pedro 2:4-5). Entonces, la Asamblea de Dios se reúne alrededor de la Persona de un Cristo vivo. No lo hace en torno a una doctrina, por más cierta que sea; ni alrededor de una ordenanza, por importante que sea, sino alrededor de una Persona divina, viva. Éste es un punto vital y capital que debe ser captado claramente, sostenido tenazmente y fiel y constantemente admitido y llevado a cabo. “Acercándoos a él.” No se dice «Acercándoos a lo cual.» No nos acercamos a una cosa, sino a una Persona. “Salgamos, pues, a Él” (Hebreos 13:13). El Espíritu Santo nos conduce únicamente a Jesús. Sólo eso será de provecho.Se puede hablar de asociarse a una iglesia, de hacerse miembro de una congregación, de adherirse a un partido, a una causa o a un interés. Todas estas expresiones tienden a oscurecer y confundir el entendimiento, como así también a nuestra vista la idea divina de la Asamblea de Dios. Continuará...

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