COLECCION DE ESCRITOS MISCELANEOS TOMO 1 CAPÍTULO 93

Tomo I 14 LA COMPASIÓN Y LA GRACIA DE JESÚS (Lea cuidadosamente Mateo 14:1-21 y Marcos 6:30-44) Yo puedo suponer que mis compañeros no han hecho bastante por mí y puedo retirarme para hacer mucho por mi mismo. Yo puedo hacerme el centro de todo mí ser y así puedo volverme a un corazón frío, estrecho, y miserable criatura. Pero cuando Jesús dice “Venid”, el caso es totalmente diferente. Nuestras finas lecciones morales son aprendidas solo con Jesús. Nosotros no podemos respirar la atmósfera de Su presencia sin tener nuestros corazones ensanchados. Si los apóstoles hubieran entrado en el desierto sin Jesús, ellos mismos se habrían comido los panes y los peces, más yendo con Jesús ellos aprendieron algo diferente. Él supo satisfacer la necesidad de una multitud hambrienta, tan favorablemente como el de la compañía de afligidos o regocijados discípulos. La compasión y la gracia de Jesús son perfectas. En Él puede encontrarse todo. Si uno está afligido, puede ir a Jesús; Si uno está contento, puede ir a Jesús; Si uno tiene hambre, puede ir a Jesús. Nosotros podemos traerle todo a Jesús, porque en Él mora toda la plenitud y bendito sea su nombre. Él nunca envía lejos a alguien estando vacío. No así lamentablemente, son sus pobres discípulos ¡Cuán nefasto es su egoísmo cuando vieron en la luz de su magnifica gracia! “Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas”. Él había ido a un lugar en el desierto para dar a sus discípulos descanso, más estos no consideran con prontitud en ninguno de ellos las necesidades humanas, como es el ser llevado en las profundas corrientes de una envolvente compasión delante de Su corazón tierno. Continuará...

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