COLECCION DE ESCRITOS MISCELANEOS TOMO 1 CAPÍTULO 84

Tomo I 13 LA BIBLIA SU SUFICIENCIA Y SUPREMACÍA La pregunta es: ¿Cuál es la idea? ¿Está ella basada sobre “así ha dicho el Señor”? (Amós 5:16). Si es así, entonces aferrémonos a ella tenazmente aunque diez mil partidarios de la conveniencia estuvieren profiriendo contra nosotros el penoso cargo de ciego fanatismo. Hay un inmenso poder en la respuesta breve pero tajante dada a Saúl: “¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1.º Samuel 15:22). La palabra de Saúl fue sacrificios, en cambio la de Samuel fue obediencia. Sin duda el balido de las ovejas y el bramido de los bueyes eran apasionantes y llamativos. Ellos serían considerados como pruebas sustanciales de que algo estaba siendo hecho; mientras que, por otro lado, la senda de la obediencia parecía estrecha, silenciosa, solitaria e infructuosa. Pero, ¡qué penetrantes aquellas palabras de Samuel: “El obedecer es mejor que los sacrificios”! ¡Qué victoriosa respuesta a los más elocuentes defensores de la conveniencia! Palabras concluyentes, de lo más convincentes, las cuales nos enseñan que es mejor mantenerse firme como una estatua de mármol sobre la senda de la obediencia que lograr los fines más deseables mediante la transgresión de un claro precepto de la Palabra de Dios. Pero nadie vaya a suponer que uno debe ser como una estatua en aquella senda de la obediencia. Lejos de ello. Hay servicios preciosos y extraordinarios para ser realizados por los obedientes, servicios que sólo pueden ser desempeñados por hombres así y que deben toda su preciosidad al hecho de ser fruto de la simple obediencia. Continuará...

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