EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 13

2- ¡Chócalas Rocky! Por eso, anímense y edifíquense unos a otros. 1 TESALONICENSES 5.11, NVI Johnny, Tommy, Jason y Eric se pavonean y fanfarronean mientras se dirigen hacia sus respectivos capitanes y hacen una pose de niño genial. Se lo merecen. Los eligieron primero. El proceso de selección continúa, uno por uno, hasta que queda el último niño. Ese día, ese niño, recién me enteraba, tenía pecas y cabello pelirrojo. En la escala social del béisbol estival, yo pendía del peldaño más bajo. Todos los demás cursaban del quinto al octavo año; yo estaba en tercero. Todos los demás podían maniobrar el bate de béisbol. Yo nunca había bateado ninguna pelota. Todos los demás podían lanzar, atrapar la pelota y robar bases. Yo tenía un brazo de trapo, era lento para atrapar la pelota y tenía pies de ladrillo. Pero ocurrió un milagro. Cuando los ángeles conversan sobre los poderosos actos de intervención divina, el siguiente momento completa la lista. Junto con las historias del mar Rojo que se abrió en dos y la de Lázaro que estuvo muerto y después no, está el día en que mi hermano me escogió. No de los primeros eso sí. Pero lejos del último. Todavía estaba lleno de chicos buenos que escoger. Pero por alguna razón que solo él y Dios conocen, me escogió a mí. Anunció: «Elijo a Max». Continuará...

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