EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 22

2- ¡Chócalas Rocky! Por eso, anímense y edifíquense unos a otros. 1 TESALONICENSES 5.11, NVI Tim comenzó a consumir todos los sándwiches y toda la sabiduría que Moniz le daba. El joven de diecisiete años comenzó a sentir que su vida tomaba un rumbo. Luego, golpeó la tragedia. Moniz, de treinta y siete años, murió de edema pulmonar. Tim quedó a los pies de la sepultura de su amigo y en una encrucijada. Lo siguiente dice mucho a su favor. Decidió darle un buen uso a las lecciones que Moniz le había enseñado. Escribió un nuevo propósito para su vida. ¿Su misión? Influir de forma positiva sobre miles de millones de personas. Una meta bastante ambiciosa. Aun así, parece irle bastante bien en su camino hacia ella. Tim juró como miembro del senado estadounidense en 2013, siendo el primer senador afroamericano, desde la época de la Reconstrucción, en representar al Sur de Estados Unidos. Todo comenzó con un sándwich y un hombre que estuvo dispuesto a cruzar la calle y brindar ánimo. ¿Podríamos nosotros hacer algo similar? Mira a los ojos de los Simón Pedro de tu mundo y llama al Rocky que llevan dentro. Escucha intencionadamente. Una mujer desesperada se acercó a ver a Jesús. Se había quedado sin médicos, sin dinero y sin esperanza. Pero lo peor era que se había quedado sin amigos. La enfermedad que la aquejaba la había dejado ritualmente sucia, excluida de su familia y de cualquier templo. Por más de diez años, había sido aislada de la gente. Luego llegó Jesús. Iba de camino a tratar a la hija de un líder de la sinagoga. El gentío era grande y las personas empujaban, pero ella estaba desesperada. Entremetiendo el brazo en la multitud, alcanzó el borde del manto de Jesús. Y cuando lo tocó, dejó de sangrar. «“¿Quién me ha tocado?”, preguntó Jesús» (Lucas 8.45, NVI). Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario