EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 26

3- NO TE ENCARIÑES CON TUS AVERSIONES Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Efesios 4.2, NTV Se hurga los dientes en público. Cada cierto rato, se aclara la garganta de forma muy rara. No puede ver las noticias sin disparar su opinión. Parece como si se aplicara el maquillaje con una espátula. Atraviesa su auto por delante de los otros autos. Interrumpe a las personas cuando hablan. Es más nervioso que puercoespín. Es demasiado despreocupada y su voz, demasiado suave. Te irrita. Te saca de quicio. Irritante. Fastidioso. Exasperante. Molesto. Uff. Ojalá la gente dejara de comportarse como lo que son: personas. Ojalá usaran desodorante, enjuague bucal o comieran con la boca cerrada, hicieran callar a sus bebés gritones y limpiaran el patio desastroso que tienen. El mundo debería funcionar de cierta forma. Y cuando los demás se comportan como a nosotros no nos gusta, llamamos a eso tener una aversión personal. No se trata de una división colosal ni de una rivalidad hostil ni de una violación de la ley. Solo es una aversión personal. Una aversión (rechazo) personal (individual, subjetiva). Una manía particular. Una de las mías fue puesta a prueba cierta noche, cuando Denalyn y yo fuimos a ver una película, una muy graciosa, y la sala de cine estaba repleta. Apenas quedaban asientos. Pero encontramos dos disponibles al lado del pasillo, en la penúltima fila. ¿Les mencioné que la película era cómica? Eso pensaba yo. Y también el sujeto que estaba detrás de mí. Pero él llevó el disfrute cinematográfico a una nueva dimensión. Continuará...

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