EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 31

MAX LUCADO 3- NO TE ENCARIÑES CON TUS AVERSIONES Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Efesios 4.2, NTV ¿O cómo puedes decir a tu hermano: «Déjame sacarte la mota del ojo», cuando la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano. (Mateo 7.3-5, LBLA) Jesús visualizó a un sujeto que tiene una viga de dos por cuatro pulgadas que le sale del ojo. Se le asoma como la nariz de Pinocho. Cada vez que se da vuelta, la gente se agacha para cubrirse. Su esposa se niega a dormir con él por miedo a que le pase por encima y la noquee. No puede jugar golf. Cada vez que mira hacia abajo para ver la pelota, la viga se pega al suelo. Pero aunque tenga eso en el ojo, él nunca piensa en eso. Es ingenuo respecto de las miradas de otros. Cuando lo miran, supone que es porque les gusta su camiseta. No ve el tronco en su propio ojo pero no puede evitar darse cuenta de que alguien se está refregando el ojo con un pañuelo. Con gran aplomo, el sujeto de la larga secuoya mira a izquierda y a derecha, haciendo que las personas arranquen en ambas direcciones y luego cruza marchando la avenida y anuncia: «Debes tener más cuidado. ¿No ves que si te entra algo al ojo puede ser dañino?». A continuación, se da la vuelta de forma engreída y se va pavoneándose por la calle. ¿Extraño? Seguro que sí. ¿Le dio al blanco? Absolutamente. Tenemos ojo de águila cuando se trata de los demás, pero somos ciegos como topos para examinarnos a nosotros mismos. Siendo sinceros, crudamente sinceros, ¿no pasamos más tiempo del que deberíamos tratando de corregir a los demás? ¿No tenemos más experiencia en las faltas de nuestros amigos que en las nuestras? Continuará...

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