EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 39

MAX LUCADO 4- LA DULZURA DEL SEGUNDO LUGAR Cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo. —FILIPENSES 2.3, LBLA Luego revisa el pastel de carne. Hay que bañarlo dos veces. Una con salsa de tomate y otra con miel. Es momento del segundo baño. Deja el pastel de carne sobre el mesón. Al abrir la despensa para buscar la miel, divisa la jarra de té de menta. ¡Horror de horrores! «¡Olvidé servir el té de menta!». ¿Qué clase de anfitriona es? Agarra una bandeja, lleva algunos vasos con hielo y atraviesa apurada las puertas batientes. A estas alturas Jesús está seguramente gruñendo de la sed. Ella espera que la mire, que vea su reloj y arquee las cejas. Pero él no está molesto. Está sentado en el borde de la silla, contando una historia. Sus ojos bailan. Sus manos se mueven. Los discípulos sonríen mientras Jesús describe a un chico judío que alimenta cerdos. Justo en frente de él, sentada con las piernas cruzadas, en el piso, está María, la hermana menor de Marta. —¿Cerdos —pregunta María. —¡Sí, cerdos! —afirma Jesús. Marta se acerca con una disculpa y una bandeja de té. «Lo siento tanto . . . Se me había olvidado el té. Deben pensar que soy una anfitriona terrible. Pero, olvidé el jengibre y tuve que volver a hacer la sopa. Y el pastel de carne . . . ¡Ay, no, el pastel de carne!». Deja la bandeja sobre la mesa y vuelve apresurada a la cocina. Da golpes a la carne con la salsa. Dice «justo a tiempo» y vuelve a ponerlo dentro del horno. Prepara la tabla para picar y empieza a cortar verduras. A través de las persianas de madera abiertas, ve a María y a Jesús. Su hermana se está riendo. Jesús se está preparando para contar otra historia. Ahí es cuando Marta cae en cuenta. ¿Por qué María no me ayuda? María podría haber cortado las zanahorias o lavado el apio. Definitivamente podría hacer algo. Marta le sube la llama a la sopa. Y siente que el calor aumenta en su corazón. ¿Acaso su hermana no sabía que había trabajo que hacer? Los cubiertos aún están en la gaveta. Los vasos aún están en la despensa. Continuará...

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