EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 52

MAX LUCADO 5- EL FINO ARTE DE SALUDAR Saludaos los unos a los otros.ROMANOS 16.16 Conversamos y nos reímos de algunas historias. Nos contó que las chicas pensaban que era extraño que un hombre soltero tuviera dos gatos. Fue agradable, muy divertido. ¿Memorable? No. No para mí al menos. Momentos después, esa noche, envió el siguiente mensaje de texto a su mamá: Gracias por la noche de hoy . . . Nunca antes había sentido tanto amor al entrar a un lugar . . . Fue un poco enloquecedor . . . Me sentí espiritual . . . Tuve la sensación de que me saludaban en el cielo o algo así . . . Fue algo muy poderoso . . . Fue como si, en un instante, me hubiese rodeado un amor incondicional y me dio una paz que nunca antes había sentido. Creo que eso se quedará conmigo para siempre. Uno nunca sabe, ¿no es cierto? Uno nunca sabe cuándo un gesto de amabilidad tocará el corazón de alguien. Quizás por eso Pablo nos insta a saludar a todos. Él no dijo «saluda a los que te caen bien» ni «saluda a los que conoces» ni «saluda a los que quieres conocer». Simplemente dijo: «Salúdense los unos a los otros». Pablo modeló su interés por la amabilidad sin prejuicios. En los trece versículos anteriores, hizo con su lápiz lo que le habría encantado hacer con su propia mano. Mentalmente, fue de persona en persona y les dio a cada una de ellas un saludo santo (Romanos 16.3-16). Saludó a veintiséis personas por su nombre y, en algunos casos, a las familias de ellas. En la lista, se incluye a los siguientes: • Epeneto, la primera persona en convertirse con él en Asia. • María, una mujer trabajadora. • Amplias, Urbano, Hermes, Filólogo, Julia, nombres comunes entre los esclavos. • Aristóbulo, quien se cree era hermano de Agripa I y nieto de Herodes el Grande. • Narciso, secretario del emperador Claudio. • Rufo, que puede haber sido hijo de Simón de Cirene, hombre que llevó la cruz de Jesús camino a Gólgota. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario