EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 53

MAX LUCADO 5- EL FINO ARTE DE SALUDAR Saludaos los unos a los otros.ROMANOS 16.16 Considera el alcance del saludo de Pablo. Desde mujeres hasta hombres, desde asiáticos hasta romanos, desde esclavos hasta aristócratas. Desde el primer convertido en Asia hasta el hijo de un héroe del evangelio. Pablo no dejó a nadie fuera. Sus ejemplos nos instan a imitarlo. No se permiten saludos selectivos. Sin sacar ni elegir a nadie. Todos saludan a todos. La orden de dar besitos deja a todos con un beso en la mejilla y a todos escogidos. Las jerarquías dejan a las personas picoteadas y saqueadas. Tú y yo podemos llevar una cantina de agua, pero no sabemos quién tiene sed. Por esta razón, somos llamados a ofrecerla a todos. Durante muchos años, David Robinson fue miembro de nuestra congregación. Fue y es ícono en la ciudad de San Antonio. Mide más de dos metros, además es musculoso y atractivo. En su carrera en la NBA, ganó campeonatos, medallas de oro olímpicas y premios al mejor jugador. No asistía a la iglesia para llamar la atención, pero desde el mismo momento en que entró a nuestro santuario, eso fue justo lo que sucedió. Mientras caminaba por el pasillo, buscando dónde sentarse, todos se voltearon a mirarlo. Casi tuve que detener mis comentarios de apertura. Al mismo tiempo que él entraba al templo, también lo hacía otro invitado. Un hombre sin hogar que venía de la calle. Era todo lo que David no era: menudo, desaliñado y aparentemente pobre. Desde la vista privilegiada en el púlpito, no pude evitar notar el contraste. La congregación estaba emocionada y embelesada con la presencia del personaje estelar. Salvo una sola excepción, nadie saludó al morador de las calles. Continuará...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario