EL SECRETO DE LA FELICIDAD CAPÍTULO 59

MAX LUCADO 6- UNA POSTURA PODEROSA Oren unos por otros . . . SANTIAGO 5.16, RVC Todo gracias a que Abraham se paró ante Dios. Hizo lo que las Escrituras nos instan a todos a hacer: «. . . orad unos por otros, para que seáis sanados» (Santiago 5.16). Alguien que tú conoces está bajo ataque. Tu vecino está deprimido. Tu hijo ha perdido el rumbo. Tu hija se encuentra ante una situación difícil. Puede que no sepas qué decir. Puede que no cuentes con los recursos para ayudar. Pero tienes esto: la oración. De acuerdo a las siguientes promesas, tus oraciones provocan la respuesta de Dios en la vida de los que amas: La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos. (Santiago 5.16, NTV) Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. (Santiago 4.8, NTV) El SEÑOR está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad. (Salmos 145.18, NVI) Cuando oramos los unos por los otros, entramos al taller de Dios, tomamos un martillo y le ayudamos a cumplir con sus propósitos. Mi papá nos invitó a mi hermano y a mí a hacer algo similar. La idea surgió en la mesa de la cocina. Mi hermano tenía nueve años, yo tenía seis y mi papá . . . Bueno, tenía la edad suficiente para saber esto: si quieres construir una casa, comienza por los planos. Y armado con un lápiz y un cuaderno, se fue a trabajar. Dibujó la casa de sus sueños. Le encantaba construir. Ya había hecho dos casas, incluida la nuestra. Pero tenía sueños más grandes. Tres dormitorios en lugar de dos. Ladrillos en lugar de madera. Espacio para aparcar dos autos en lugar de uno. Un taller en el patio trasero. Un aro de básquetbol en la entrada del auto y, por sobre todo, una chimenea. Continuará...

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